que alguien catalogué al que no deja hablar, para al final imponer su mantillada verdad
que se arrope de verdades vendidas para saciar sus bolsillos que se vil retroalimentan
que quiera tomar la calle con sus jugadores que siempre ganan, sus beodos parlanchines
que monte tumultos televisados con turbas de mercenarios, para cargar su cagado dinero
que acuda glorioso, nunca despistado a defender la prefabricada marca para sus arrieros
que mediocres ungidos exhorten desvergüenza pagada en titubeos plasmados y agraciados
que toseen canallas anudados su inmunda sumisión desde atrios asaltados a justicia social
que casqueen y amurallen los silentes cumplidores de la protección a la perniciosa mentira
Toma las ondas antes ocupadas por los meritorios de la antiEspaña bronceada en paraísos
para emitir la inane frecuencia de tu camino que les muestre la siembra del que es propio,
crece, que no te etiquete el adoctrinado, el mentiroso asalariado auto proclamado, excelso
camina tu propia senda, pero busca que confluya con la inmensa mayoría, ya no silente
Besa las mañanas en que oyes las picaras sonrisas, mécete en las noches, búhos amados
Anima a quien en ondas, busca los ritmos que te acompañen a salir de bosques candados
Descansa en la negrura de las palabras tapiadas, sé le fiel, porque el maestro tenía puertas
Embarca en las naves, esquiva a adocenadas sirenas de sonrisas embargadas, ya sumisas
Trepa los riscos donde habitan los cíclopes de un sólo ojo de ansia, otea jugos compartidos
Ofensa es que tu te creas único por votos robados en la mentira y empapelados en regalos
Ofensor, primado, único ¿a quien asaeteas con tu verdad, si necesita el báculo del engaño?
Ofendiendo tu puerilidad de ignorar la saeta introducida en carnes de errantes hambrientos
Ofendido te muestras, cuando en realidad caminas teledirigido, para guiar libres montañeros
Ofender tu propias doctrinas de aclamada libertad, sitiando vidas a las que hurtas besos
Oferente en plasmas , ¿te sabes inútil sumiso autoasaltado por ladronas evidencias?
Ofertante de baratijas caducas, que impones el silencio para chatarrear tus desvergüenzas
No hay comentarios:
Publicar un comentario