miércoles, noviembre 27, 2013

800 bolsos y el aparato de propaganda

Me desperezo, con este frio que mantiene en un estado prejuvenil los higadillos. Ayer en el calor de la lectura, me mostraron titulares para atacar a un sindicato.

Yo necesito a los sindicatos, ojalá pudiera tener la energía de Soledad Gustavo y otras que lucharon por encima de todo por dar luz a las mujeres en todas las facetas de la vida y por supuesto también en la actividad pública. Como muchas veces no llegó a ello, apoyo a que los Enriques y otros seres comprometidos me representen, siempre con mis limitaciones, sus carencias.

- No admito que los aparatos de propaganda goebelianos me den lecciones ni de ética, ni de coherencia (¡que extraña noticia dada por ElPlural.com, que una institución pública, la comunidad de Madrid, Telemadrid, con trabajadores propios, le diera dinero a una televisión de un periódico para elaborar noticias que siempre favorecen a los acaparadores del poder de esa institución, no a sus representantes temporales dependientes de todos ciudadanos votantes y no votantes) hablando de bolsos entregados a mis representantes sindicales (tranquilo, no soy de ese sindicato), con el que luego van a acudir a las reuniones para dar información a afiliados y no afiliados.

Trata a sus lectores como ignorantes que ven por primera vez la luz, al descubrir que sus representantes reciben esos regalos. ¿Les ayudarán a descubrir alguna vez, que partidos han pagado a sus representantes con materiales o dinero, con los que luego no van a acudir a estar en contacto con sus representados?.

En el día que se sabe la condena de un político, que durante el ejercicio de su cargo político y como representante de un partido, ha cometido delito. Con todo lo que eso ha supuesto para las arcas, no de su provincia, si le apoya, sino de los ciudadanos de este país, que traten de agarrarse a la vomitera de un populismo malsano (preocupación porque eso dinero era de los parados; si campeón, también cuando nos representan y guardan sus papeles, por ejemplo en esos bolsos) y obvian, los dos millones y medio recibidos de una Comunidad, por lo tanto de los ciudadanos, por tanto, también de los parados, para elaborar panfletos infectos de codicia. Cuando esos libelos se esparcen para crear una realidad mágica

Digo, que aún en lo lejos, siempre me ha costado entrar en la dinámica de cualquier grupo de poder, haré de mis actos una necesidad de que los sindicatos existan y me atiendan en la parte de carencia a la que yo no puedo llegar.

No concedo ninguna credibilidad a los que asaltando el poder desde las infames mentiras, sean diferidas o en tiempo real, alimentan a esparcidores de excrecencias con la que tratan de hacer permanente un estado en sumisión, al cual acostumbraron sus progenitores.

"Abriendo brecha" de Julian Vadillo; utilizo su título para honrar a aquellas mujeres que salieron de la sumisión (como diría aquel: ¡me hago cruces! que una doctrina quiera anclarse en los centros de enseñanza con el bagaje de esos panfletos publicados!) para mostrarnos el camino de intentar ser nosotros mismos.

Y en eso, caminando torpes, dubitativos, con errores, pretendo caminar con el báculo de los sindicatos, abriendo aprendido que en ningún lugar a que dejar espacio a los medradores.

800 representantes, un pueblo trabajando, caminando entre las piedras de los sometedores y sus esbirros escrivas



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