¿No mentiste ofreciendo un cielo ante el inepto?
¿No escondistes las basuras de tus protegidos?
¿No diste sustento, al que desde la ira te alienta?
¿No tapaste las vergüenzas del rebelado al orden?
Y ahora me escupes, cuando yo te hablo
Te sustentas en quienes reciben, creando ilusos cielos rotos
Te guias por quien negocia en la enseñanza, recuentas votos
Te amparas en cimientos amiantados de años esquilmados
Y ahora señalas, si yo indico desnudo, troles en aguinaldos
Lloviendo fino, entre los secos campos, ¿penetras conciencia?
Llendo lento, cielos en viento norte, ¿llegarán al encuentro?
Llamando a las pesadas puertas ¿abrirán a la ligera mesa?
veinticinco en grándolas para construir ante las ansias en nausea
Grándola. En el oxigeno, tratan de entrar nocivos aires
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