Ha vuelto estos días Iñaki Gabilondo a dar sus pequeñas píldoras de sabiduría y compromiso con la sociedad. No le he visto nunca con banderas y sin embargo, de sus palabras, veo ondeando el respeto y el amor por el ser humano, y por tanto, de cada uno de los ciudadanos que habitan este país, sin excepción. ¡Qué lejos están de esos los apologetas de las palabras-ideas subvertidas!.
Ayer hacía una llamada a los militantes de los partidos, ¿a mí?; formalmente, sí; por mis actos, no. No me gusta, es más tengo un cierto grado de repugnancia de todo lo que rodea estar de forma próxima en el funcionamiento de un partido político, y sin embargo, en mi personal actitud nace que esas organizaciones necesitan personas que las hagan funcionar. No hay nada mágico en un partido de ciudadanos. Por lo tanto, comprendo que mis criticas, a esas personas, tendrían un cierto grado de cinismo y oportunismo.
Y vuelvo, para intentar no perderme, como pagador, militante, me debería exigir aportar ideas, críticas, propuestas que ayudarán a que esa organización, estuviera, viva, transparente y cercana a quienes representan.
Es duro, difícil, pero es pedagogía, presentar a los ciudadanos alejados del día a día político, la necesidad que se ha tenido, porque al final la gente vota por imágenes, por cosas mostradas, de luchar contra una maquinaría engrasada de formar salvaje o por el capital, muchas veces como dice Susan George, utilizando su dinero no pagado al Estado del que se beneficia, para engrasar creadores de opinión o por creencias, que reciben luego peajes económicos, desde luego nada celestiales.
¡Qué digan que se tenían que echar en mano de bancos, de constructores diseñadores de esclavitudes vitales porque de esa manera podría cambiar la sociedad en la que creen!.
- Qué digan también, donde estabas tú, escribiente deslavazado, cuando defensores de nuestra Educación Pública, necesitábamos que estuvieras en la calle, para contraponer que a la libertad de elección del que posee, paseante ufano en su manipulación, el derecho de cada uno de los ciudadanos a recibir una educación adecuada a sus necesidades.
- Sé claro y muestra. Recibe críticas, pero defiéndete, para decirles que cuando se gobierna, uno se quema, porque entre otras cosas, juntos en un país, pero siempre enfrente, tienes a gente capaces de cualquier cosa por poseer un poder del que se creen dueño.
Arriesga, debate con el próximo, aunque sea tu enemigo y ojalá, cuando alguien un día, nos quiera meter en el debate de si sindicatos, sí, o sindicatos, no. Les podamos decir, que si, porque son la esencia de nuestras limitaciones; porque nos defienden en la medida de que nosotros, nos implicamos y les apoyamos. Y no sólo nos defendamos, sino que le digamos, desconocedores de su condición subyugada, que existe en nuestra sociedad, una institución que sin ayudar al trabajador, sino a sus muy particulares creyentes, están recibiendo beneficios económicos que dañan al trabajador. Y puedas ser tan vehemente, porque en ese momento no sabes con quien hablas, como tan dispuesto a recibir, los argumentos contrarios.
Iñaki, hace un llamamiento al ser humano sin cadenas, porque somos quienes debemos ayudar a destruir estas, con las que nos han "agrillado", ¿Seremos capaces de ser seres humanos o preferiremos ser, los seres miserables que repetimos, (en argumento mandado desde la irresponsabilidad, desde la mas abyecta podredumbre), para así poder asistir como representante empaliada, (de la incultura, del odio) a los palcos, donde me crea alabada, cuando en realidad sólo soy un ente, idolatrada por zombies.
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