miércoles, mayo 01, 2013

Me envía mi respetado compañero

Este poema desde zona árticas puntiagudas, además es de Brecht y encima nos despierta a nuestra propia importancia que algunos tratan de minusvalorar. Por todos ellos, los 1.500 represaliados de los que se sabe sus nombres por estar registrados en el propio Ayuntamiento de Guadalajara y que permanecen anónimos en el jardín fosa del cementerio; por todos estos seres anónimos que hacen funcionar el mundo, por todos los que aman sus familias, vidas y sueños para que confíen su  futuro a sus propias fuerzas y las de sus compañeros que se unen a ellos, no para pisar.

¿Quién construyó Tebas, la de las siete Puertas?
En los libros aparecen los nombres de los reyes.
¿Arrastraron los reyes los bloques de piedra?
Y Babilonia, destruida tantas veces,
¿quién la volvió siempre a construir? ¿En qué casas
de la dorada Lima vivían los constructores?
¿A dónde fueron los albañiles la noche en que fue ter-
minada la Muralla China? La gran Roma
está llena de arcos de triunfo. ¿Quién los erigió?
¿Sobre quiénes
triunfaron los Césares? ¿Es que Bizancio, la tan cantada,
sólo tenía palacios para sus habitantes? Hasta en la
legendaria Atlántida,
la noche en que el mar se la tragaba, los que se hundían,
gritaban llamando a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿Él solo?
César derrotó a los galos.
¿No llevaba siquiera cocinero?
Felipe de España lloró cuando su flota
Fue hundida. ¿No lloró nadie más?
Federico II venció en la Guerra de los Siete Años
¿Quién
venció además de él?
Cada página una victoria.
¿Quién cocinó el banquete de la victoria?
Cada diez años un gran hombre.
¿Quién pagó los gastos?
Tantas historias.
Tantas preguntas.

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