Entregados al rampante día, ¿sin filosofía?
nos preguntaba aquel hombre, ¿monotonía?
vemos amaneceres que ocultan sus brillos
reflexión desde aquel que a pensar, impelía
Queridos maestros, bebí dulzura o conocimientos
abrí velas, navegue con vuestros portantes vientos
fluí por ríos, aguas indómitas y recónditas, ¿pérdidas?
busqué timones y palas, las teniáis, embellecer vidas
Escuchar sus textos que deleitaron al compañero
mecerme en el ritmo del ruiseñor que canta libertad
bailar con la mente que comparte beso y nispero
despertar desde la guitarra que abraza la palabra
soñar mañanas, no tiene amor, sin vos, viajero
A Agustin García Calvo, maestro de mi maestro Lorenzo
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