viernes, febrero 28, 2020

No tocar

Se acerca, me temo que lo hará; pero no, no debiera ser posible, hace tiempo a esos seres se les tomaba como módelos y ahora, ahora, es la locura personificada, es el gobierno de la sinrazón, atornillado por las palabras que fueron zarandeadas por el viento, y si, la cabra, se ha subido a la piedra y desde allí, con su mirada entre desquiciada y tururata lanza bálidos a través  de una lata abandonada por el apuesto visitante a parajes campestres que no encontrando donde dejarla, decidió darla a la suerte de donde cayerá. En ningún momento pensó que, estando vacía, podía realizar el viaje inverso aunque con menos peso. Máldito asqueroso que descansa entre árboles con su dejadez esparcida por laderas y  barrancos.
Brava cabra, si te dieron cancha, aprovecha latas, estatuas, obras de arte para pringarlas con tus barbas de chiva, sólo así conseguirás afilar tus dientes para que en el próximo campeonato de lanzamiento de huesos, estos salgan más perfilados para romper la barrera de la sinrazón. Quién a tí te lo dió, la tontuna les sea derramada.
Mejor ser ido con convicción que olvidadas sus neuronas en el paraiso de la nada, en el cual recibías parabienes y cagaditas del hombre vagante.
Hoy, como antes lo hicieron tus señoros con Luis Montes, sacas a la luz tu cuidado del cuerpo sano, pero olvidas la mente sana.

Cercenas lenguas extranjeras, tecnologías pero no te enfrentas con la realidad. Con el hecho que la religión, cualquiera, es un anacronismo con su adoctrinamiento dentro de la realidad de un Instituto. Creencias que alumnos reciben en formas de lenguas, de gominolas, a aveces, que tienen que estar siendo desmontadas por profesores desde su base científica. ¿Por qué quiere un creyente que sus doctrinas se expongan dentro de un contexto científico cuando todo su poder debiera estar en lo íntimo?
- Soberbía
- Control de una sociedad, no para acercarlas a su cielo, sino para retenerla en cárceles en vida desde sus tronas de oro esquilmador

Hicieron un grandísimo daño a la sociedad, a sus gentes, como en el caso que se contaba el fin de semana pasado en el programa "A vivir", en Zufre, donde habían prescindido de sus verdades en forma de látigo y sumisión a los terratenientes que la utilizaban como amansador para proclamar el respeto al estado de las cosas que ellos nunca habían tenido en sus origenes de dominio y durante cuarenta años, e incluso cuarenta después siguen faltando a los demás en el respeto y a si mismo en las creencias que dicen defender.

No se atreven a sumirse en la lógica, que diría que la cabra salva cualquier risco, y el ser humano se necesita en el encuentro sin cielos de testigos, porque esta, la religión, aquí Católica, sumerge a los seres en baños eternos, a los cuales, tantos y tantos aspiran. Sin ser estos, los líquidos que aquí conocemos.

No tocar, si para arreglar, provocas que todo visitante pueda manosear esa obra, por tu incontinencia e inconsistencia para sujetarte en la realización de actos que no te sean familiarmente perrunos.


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