lunes, febrero 10, 2020

Ana no, el libro de poros en lágrimas

Oí hablar de este libro "Ana No" de Agustín Gómez Arcos, por estas casualidades de estar escuchando la radio y a la vez estar en otras cosas; vamos que corres el riesgo de estar en Babia.
Pero sí, al final me acordé del libro y la lectora (es empleada, pero es un cielo) de la Central de Madrid, creo que es una viajante por los mundos de los libros, pero una exploradora para conocer los arrabales, los sueños, los miedos, los deseos de los habitantes de las tierras visitadas. Creo que si el autor de este libro en particular, nos cuenta las costras que tamponan cada poro de nuestra viajante. Ella, mi compañera "orácurazón" para este descubrimiento, sabrá que tiene mezcla de arcilla y sangre seca, porosa en proporciones desiguales.

Embarcado en sus consejos, no encuentro sosiego, pero si admiración en la escritura del viaje de Ana Paucha.
Pocas veces, "las cenizas de Angela" y el libro donde se narra la imposibilidad de escapar a tu destino en la meseta castellana" (Ay mi memoria), me han atrapado en la más absoluta posibilidad de tener una cierta escapatoria. Ana, la alegría del regreso. Así pusieron a la barca, su marido y sus tres hijos, en la que salían a buscar el sustento familiar. ¿Puede haber una mayor y mejor definición de amor familiar?
Fue un manantial de besos, secado por los egoismos de los poderosos. Lo comprendió cuando empezaba su hijo menor a enseñarla a leer y ya en las postrimerias de su vida cuando su guía guiado le ofecía la palabra como desnudadora de tanta hipocresía.
Pasos infinitos, eternos hacía una liberación. Ella, guiada por unas vías, de las que necesita salir para que no la ahoguen en cada paso. Como esta nueva sociedad, empoderada necesita salir del control de los fondos buitres que pagan mercenarios para incrustar sus mandatos en la esclavitud de una sociedad paralizada en símbolos e himnos, tan mentirosos como de sibilantes y ponzoñosos venenos paralizantes.
Hermana de no se sabe si una luz menguante que la hechiza

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