A mi no me llames Samuel, desde hace tiempo me llaman Pakito y vaya tengo un
éxito que no se si será por mi, ¿qué no, no? Ya decía yo.
El caso es que ese tal Samuel Johnson, debía pensar, por un lado muchas cosas,
como médico y como sabio, pero luego sólo verbalizaba alguna de ella, una venía
a decir "el patriotismo es el último refugio de los sinvergüenzas
¿canallas? (por rebajar la tensión)"; estábamos en el siglo XVIII; luego el
personaje de Kirk Douglas, coronel Dax, lo repite en "Paths of glory"
delante de un general y claro esté, pues le farfulla unas cuantas realidades
con las que se va a encontrar nuestro compañero. Yo que soy de aprender idiomas
entre golpes y sutilezas, me encuentro hoy en una conversación con el francés,
como lengua, en medio; y más o menos digo joder, pues no he visto la película o al menos, no comprendí su esencia. O no sé, porque en la maravillosa exposición
sobre Stanley Kubrick, en el CCCB, hace dos navidades sí que pude contemplar
una parte larga de la obra del cineasta; pero cuando mi interlocutor me la ha nombrado hoy,
que estuvo prohibida durante unos años en Francia, la venta de honores no
conoce fronteras "tu quoque filii me", es como si la venda de la
anterior visionado, total o parcial, se me hubiera caído y todo el significado
de la película me hubiera golpeado de lleno.
Había leído en el mismo lugar, en otra exposión, otra reflexión de Josep Pla que venía a decir
lo mismo. Pero todo esto son sabios, ¿qué podría añadir yo?
Al ser sólo búho, que no berzas pues me transportaría al bancal,
para ver cómo está de crecida la belleza, me imagino que tendría que
escardarla, y por eso, me transporto a un partido de tenis, allí en la grada,
alejándome un poco, tomo perspectiva; mástil agitado hasta amaestrarlo por un
lado, y me voy al otro lado de la red, su partenaire le recuerda, dedicado a
las materias, tu no me puedes dar “abogados” en 5 semanas. Suena un cañazo de
la raqueta de esta manera: “y quebrar con martillo los frutos de los discos
duros, que ya estaban recogidos”. Si fallas un golpe, le das una oportunidad de
seguir parloteando de patrias, para aburrir a la mismísima Angela
Yo, ahora, los partidos no los sigo; a los señores de las medallas, a veces,
flojo que es uno, en sus tintineos de baratijas mercadeadas, si; les conozco como
vocean, igual que bizcean ante las dianas. Dicen que no lo son, que sólo son odiosos
extranjeros, yo creo que en realidad sus flatulencias las tirarían también contra
sus pordioseros enemigos nacionales.
Así que aquí me ando, la más larga es con la que se cubren las vergüenzas
cuando está han sido golpeadas por el salvajismo de dejar vendidos a quien en
ti han confiado. Otra cosa hubiera sido que el fruto se confitará para poder
vender en los salones de los desaprensivos sus circulares de libre comercio,
mientras ejercen un directismo hacía quienes les devuelven favores.
¿Se repetiría la frase tantas veces ese honorable, doctor Johnson como conciencia
de ser unos canallas han tenido quienes saben que han utilizado el patriotismo para
eso, tapar sus vergüenzas?
Mis sesiones de conversaciones en otras lenguas, a veces, me cuesta
comenzarlas porque tengo conciencia de mis torpezas, pero me enriquecen tanto.
Hoy, por ejemplo, Kirk Douglas se me ha presentado en la trinchera de mi casa.
Le he dado las gracias, dicen que es de buena educación
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