He quedado con mi amigo Leo. Hace tiempo que no venía por nuestra patria. Estos amiguetes que se hacen ricos, te olvidan en seguida. Siempre le digo lo mismo, y el me invita a cambiar de aires, pero uno se hace al lenguaje, a saber donde esta el pan, la peluquería. ¿Qué me ofrecen nuevo?
Además, ojeando por internet, no espiando como mis amigos desnudados en sus vergüenzas que me hablan para que yo me corte, he comprobado que no deben querer mucho por aquellos lares a mi amigo, si el rico que mencioné más arriba; ¿por qué lo digo?, le acusan de esconder cosas públicas a los ojos de los espectadores. Pienso yo, ¿será un mago?
Leo que no tienen muchas pruebas y además alguno hasta le condena ya. ¡joder parecen de periódicos de un pais bananero!, como nos decían a nosotros en tiempos pretéritos.
Leo, llega como siempre, me saluda y como sabe lo que debo a decir, se tira un pedo y me dice, ¿le vas a poner un lazo o lo vas a pintar?, yo ya sé que de mi tema, no vamos a hablar.
Algunos periódicos se hacen sus necesidades sobre sus propias hojas; no les importa, saben que eso vende y además si encima, no se habla de algo transcendental que esta poniendo en periodico de la competencia, pues ya han conseguido su objetivo.
Pero el olor ¿durará?.
No tienes ní idea, sabiendo mi amigo mi obcecado ensimismamiento de los botafumeiros u olores amazónicos que nos ayudan a estar siempre arriba.
Me callo y le dijo si, si que lo sé, en mi pesar.
Y mientras pienso en los Facialni que son atacados, por tantos y tantos "hombres de bien" de las más variadas formas
Herve Falciani y mi amigo Leo
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