El derecho de los padres a elegir está siendo
sacralizado por encima de la necesidad de racionalización de los puestos
escolares. Dicho derecho está siendo difundido por los canales habituales,
haciendo extensivo los principios de mercado en la elección de centros como si
de la elección de un coche o un televisor se tratase. Además esa elección está
siendo teledirigida hacia los centros que más “conviene” vía CDI, marketing empresarial,
o simplemente dejando correr, cuando no fomentando la “buena “fama”
procedente de las “buenas familias” escolarizadas en este o aquel centro.
Desde la fábrica de opinión de nuestro gobierno, a las
familias se les está dejando creer:
Que los centros menos demandados lo son porque funcionan
peor, porque su profesorado no está suficientemente motivado, porque son menos
capaces, o porque los aromas de la innovación y el emprendimiento no han
traspasado sus muros; que los buenos resultados de los centros de “buenas
familias” proceden de una práctica pedagógica “excelente” como si la condición socioeconómica
no tuviera nada que ver. Por ello, la administración, indirectamente, está
proporcionando las pistas necesarias para que las familias de sangre azul o con
vocación de tenerla no mezclen a sus hijos con las bolsas de inmigración y de
pobreza que se extienden como la pólvora de la mano de esta estafa llamada
crisis.
El otro día en la reunión del grupo de educación de
Alcalá, los representantes de los padres expresaron algo que es de
preocupar. Dicen que entre las familias circula la creencia de que si un centro
se queda sin alumnos por algo será; o que si tienen muchas demandas de
matrícula algo hacen de manera especial. Con ello parecen creer que acudirán a
por su plaza escolar como el que acude al Mercadona a recoger su producto en
una estantería repleta en la que hay excedentes. Sin embargo, pocos ven que este
modo de elección conduce al cierre de aulas o centros –caída de la oferta
educativa- y que dicha caída conduce inexorablemente a las familias a una
competición por colocar a sus hijos junto a los de mejor “linaje” con la
consiguiente estratificación de la oferta educativa y, muy probablemente, con el famoso *derecho de elección de
centro* insatisfecho como bien nos señalan los compañeros de un instituto de Alcalá.
Por ello, creo sinceramente que debemos redoblar
nuestro compromiso con las familias para trasladarle esta otra verdad que
no se parece mucho a la verdad oficial. El distrito único es otra estafa
más de un gobierno mentiroso interesado en favorecer el afán de lucro.
Tras esta reflexión, buscamos el apoyo en la realidad:
La zona única
de escolarización en la Comunidad de Madrid y más
concretamente en Alcalá o alrededores: ¿se está
cumpliendo este decreto?, que a casi todos nos parece desequilibrador, pero ahí
está.
> Si en vuestro centro pasa como en el nuestro
(texto adjunto) podéis
> responder aportando datos objetivos para realizar
si así se considera un texto conjunto.
*La zona única escolar en la Comunidad de Madrid*
¿Es en realidad un verdadero ejercicio de libertad la
elección del Centro Escolar?
No parece ser así, atendiendo a los datos de que
disponemos en un instituto de Alcalá de Henares
y a los aportados por la administración educativa de nuestra Comunidad.
Como muestra de
transparencia y objetividad en la información debemos
decir que:
Nuestro Centro, en el actual curso 2012-13, tuvo 149
solicitudes de admisión y se denegaron 114 de ellas. Además,
se redujeron en 1,5 los grupos autorizados, lo que supuso un aumento de la
ratio (relación profesor/alumno) hasta 28’5 de media.
>
De cara al próximo curso 2013-14, las solicitudes
presentadas han sido 128 y las no admitidas, 77. La lógica indica que a más
demanda debería haber mayor oferta para cumplir realmente con el contenido del
Decreto 29/2013 sobre la libertad de elección de Centro por los padres; sin
embargo, la administración educativa, no solo no tiene previsto ampliar el
nº de grupos para poder dar cabida a estos solicitantes, sino que
va a reducir un grupo más, con el consiguiente perjuicio para las familias demandantes
y para los demás alumnos (por un nuevo aumento de la ratio, sumado a la pérdida
de docentes de la plantilla del Centro).
En relación con este último aspecto, cabe destacar la
supresión de 14
plazas de profesores (el 21’6%) en los últimos dos
años, a pesar de que el volumen de alumnado, cercano a los 750, sigue siendo
muy similar a cursos anteriores.
Por otra parte, el buscador de centros de la
Consejería de Educación
ofrece una información sobre nuestro instituto que no
se corresponde con la realidad: no aparecen vacantes en Secundaria, cuando sí
se ofertan desde el propio Centro, concretamente 20.
Resulta indignante ver cómo a las familias demandantes
no se les atiende en sus preferencias de elección y no se respeta su derecho a
una escolarización pública de calidad.
Sólo me queda agradecer el aporte en la parte final de los datos sacados directamente de los manejados por la Consejería. He querido introducir en primer lugar, una reflexión de un compañero a raíz de estos ultimos datos
No creo que pueda ser dicho de mejor manera. Simplemente remarcar lo terrible y pueril que resulta que una institucion maneje de forma torticera (mienta) acerca de palabras como libertad de elección de Centro, ¿de quién?, si, de forma práctica ¿de quíen? y zona única, ¿a quién beneficia? ¿de que manera se materializa?. Pero, perdón, porque los datos y las reflexiones arriba indicadas, son demasiado claras
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