Ignacio Dean, andando se llega a todo. Ánimo!

El día anterior, salí en medio de un diluvio del Hostal Peñarrubia en Zaorejas, ¡Qué alegría volver a ver a Paco y a sus agradables hijos: Paco y Carlos, llevando con cariño el Hotel Peñarrubia!, me dirigía hacía Villanueva de Alcorón, pero a la altura de un campo de aviación que hubo durante la guerra civil, ví a un chico, con un carrito de niño, pasé de largo, porque le ví hablando por teléfono; pero inmediatamente regresé, eso no podía ser, el niño saldría nadador de allí mismo. Este joven me dijo que no necesitaba que les acercará al pueblo.¡ Bueno!, alguién vendrá a recogerle enseguida, porque la cosa estaba chunga

Cuando a la mañana siguiente, me crucé con él y nos saludamos. Yo, por supuesto como diría mi huido a las nieves, querido amigo Peta, no me enteré que no era la tapa de un carrito de niño, sino una lona para proteger del agua todos los elementos con los que viaja, ¡que me lo tuvo que repetir y remarcar Ignacio, porque yo, a mi bola, seguía sin enterarme, también me explico su proyecto: quiere dar la vuelta al mundo andando durante cinco años (lo había oído en Ser aventureros, en mis mañanas de insomnio) como un reto personal y para defender la tierra. Su proyecto es compartido con Adena y en el link lateral que pongo a continuación a su blog, nos explica mejor como podemos colaborar.

Había salido desde el kilómetro 0, Puerta del Sol y en el 2.018, para el 22 de Marzo, le iremos a recibir, porque gente como Nacho nos da fuerza para creer en el planeta tierra y defenderlo de los tiburones humanos.

Cuando había llegado a Zaorejas, me dijo al día siguiente, estaba reventado de tanta agua, ese agua que tanto ama y amo, como he podido comprobar mirando su inmenso poder a su paso por la fuente de la Falaguera y el Puente de San Pedro, (como me han arrullado los recuerdos de tantos días en la piragua, con frio, sol, nieve, torpezas, malabarismos) y por eso tomó ese pequeño respiro.

Ayer llegaría a Molina y hoy..???. Suerte, camina con la fuerza del Itaca que oigo para empujarte con mis palabras

Espero conseguir que alguno de mis alumnos se entusiasmé con tu aventura y que incluso algunos profesores aprovechemos tu aventura para ayudar en el aprendizaje.

No surrender, cada día que hayas dedicado a atravesar esas carreteras y llegar a las nuevas ciudades te abrán hecho un poco más sabio y nosotros también nos sentiremos marineros en las tierras exploradas, en los vientos enfrentados, en los seres conocidos. Cada día tendrás tu Itaca a saborear. Gracías