domingo, marzo 11, 2012

¡Qué bueno!

Pues si, me he asomado a la televisión después de un tiempo y me he quedado fascinado.
Había un movidón en la grada que no lo había visto ni en mis mejores momentos de supporter. Tampoco entendía muy las continúas conexiones para buscar las opiniones de, entendía yo, presidentes, técnicos y otras personas comúnmente consultadas en estos eventos.

¿Te puedes imaginar un campo lleno de banderas de un mismo color y sin embargo lleno de la pasión que se observa cuando te enfrentas con "el enemigo"?.

Confía en lo que te cuento. He empezado a comprénderlo  cuando un interlocutor ha reconocido que iba a evadir millones de euros pero que dada su pasión por sentir que alguien se entregaba por algo. Ha consultado por donde debería buscar ese espacio para la inversión. Estaba en ello, y mira por donde encuentra a una bella niña, recogiendo flores cerca de su casa; puestos a hablar, después de un rato ella reconoce que las utilizará para regalarlas a una legión de seguidores que la están apoyando. ¿En qué? pregunta él, y ya no podrá escaparse a la unión con esa bella niña. Ella le dice que tiene un mal muy raro y que ve inminente su final, aunque todos esas personas a las que lleva flores la protegen con una fortaleza que la llena de energía, pese a su estado.

Este hombre, viviendo en una mansión sin límites, la ha dejado abandonada porque en mitad de las grades parece como si le zarandearán las palmas de un oasis insaciable, o le protegieran con el fervor de la familia elefante.

Otra conexión y con ello ya me empiezo a aclarar, son los científicos que pudiendo vivir de ello, sin pensar en nada ajeno a su amor por los descubrimientos se entregan con la pasión de un Messi agradecido al entorno que le han dado para poder ser él mismo. Y, por fin, otras conexiones son con universidades que nos explican de una forma concienzuda lo que se está tratando de solucionar.

Explicaciones pormenorizadas, planos de acciones en fuera de juego, que tienen que ser resueltas, ataques por el lugar más débil del mal, provocan la pasión entre los amigos de la niña.

¡qué entrega! por parte de un público que siente que su dinero (al fin y al cabo, si se hubiera defraudado, serían menos recursos para ellos) está produciendo la felicidad en esa niña y en personas con el mismo problemas.

¡Qué felicidad debería sentir un gobierno que siente que atajando el fraude podría crear una sociedad con más posibilidades de salir hacía adelante!

Las flores de esa niña exhalan un aroma, No tengáis miedo las mascarillas eran sólo para la podredumbre que se producía cuando ese dinero ante se escapaba. Por qué ahora eso no pasa ¿no?

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Siameses y mercader

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Zaida, Fernando y