domingo, diciembre 18, 2011

teatrero

Huyo, porque el teatro es la verdad del trabajo, de la entrega, del amor a la comunicación. Escondo mis pasos, alegre por haberos conocidos, avergonzado por haberme guardado para mí, la cuerda elástica que amortigua y casi paraliza el salto que vosotros hacéis al vacio de la ausencia del red para ser voz, cuerpo de sueños, ilusiones, denuncias, poesía.

Perdéis un día conciencia de vuestra propia vida, para transmitir la veracidad de aquella muerte que no entendemos, de aquel amor que emponzoñó la mente de dos mundos que caminan paralelos, de aquella guerra amamantada en la indiferencia de una sociedad saciada.

Ausentes de vosotros, contemplo en el trono, la pesadumbre de un rey, que viviendo ser más, sufre la cotidiana quiebra en la duda.

Ausentes de vosotros, mostráis destrozos de desbrujulados pasos; angustia de llevar reventadas carretas de miedos, odios, engaños

Creciendo, cuando no sois, porque comprendéis ajenas vidas, rompiendo las cadenas de vivir siendo uno sólo aunque buscarais variados caminos.

Trotando, en estepas imposibles, para sudar los campos reconstruidos tras el paso de atiladas fuerzas que proclamando libertades, salaban generaciones por sus ácidos odios.

Noctámbulos, amigos mundanos, de mil artes que sufrían en las dudas, en los amores imposibles, en la impotencia de plasmar su ideal que rechazaban resbaladizas hojas, torpes cámaras, pobres pinceles.

Teatrero, cansado, ausente, sólo, rey de mil mundos, humano de irresolubles carencias, luchador insaciable, erotizante de la subsistencia del hijo.

Descanso esta pesada mañana seguro que volare de nuevo, en tus vestidos

   

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