Cuando un dìa pasàis por vuestro pueblo y tenèis la oportunidad de tener esta canciòn de Van Morrison en vuestra cabeza, es probable que os llenè el corazòn ambas cosas. En Galway, porque quizàs, sintiendo mi ciudad, me siento un ciudadano del mundo, sentì esa emociòn que se deslizaba sobre el frìo e inmenso viento que azotaba la playa, por donde un reguero de personas paseaban, desafiando cualquier miedo. Los dos momentos en los que entra el saxofòn es como una explosiòn con la que mi corazòn brinca hasta saltar el rìo Liffey, Dublin, sin necesidad de puente. Quizàs, necesito escuchar otra vez "little village" porque allì en Galway, siguen en la plaza, un grupo de idealistas que imagina mundos mejores, aislados de agoreros, camorreros y otros dirigentes. Pero la canciòn es para lo positivo, lo que busca unir y en esa acogedora invernal villa, sentì mi pueblecito màs lleno que nunca. Por vuestra ciudad imaginaria, donde la armonìa y harmonìa dibujan cielos imposibles, para que no nos atrapen con sus cielos regalados, siempre subyugadores
Van Morrison, danzando contigo y con la arena golpeando nuestra imaginacion
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