Ver la historia de Eric Lomax y todos los que han debido pasar cada día con el dolor infinito de cada uno de los porrazos. Existe, a veces, la cura de ir buscando encuentros, siempre dolorosos con aquellas flechas insertadas en cada una de las articulaciones que te desgarran con cada uno de tus movimientos, son despeñaderos con un fin que te ahoga, y sin embargo, después de ser arrastrado y hundido en una secuencia infinita, descubres que el aire aún puede entrar, no sabes como, no lo quieres averiguar por si descubres algún nuevo poro de diametro apuñado. Y cuando estás sorteando los arrecifes con sus piedras de sierra, ves a esa pareja descrita por Mario Benedetti, como el supremos amor en la belleza excelsa, que se va, porque los fanáticos les sajaron sus corazones en tiempos de botas, con fe sometida.
Viajes por trenes amartillados en viaductos de fragilidades
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