Hace poco, en una reunión final de un curso. Estaban alumnos y profesor en un círculo para desarrollar la última lección. Algún alumno y algún discipulo de este, ese día quiso dibujar un ambiente sombrio intentando desprestigiar a una persona que había compartido enseñanzas con ellos. El profesor, les preguntó que tenían que hacer ellos en la clase, que se preguntarán si lo hacían, de lo demás, ya se ocupaba él. Me contó, el posible receptor de esas quejas, que la clase se culminó con plena satisfacción por parte de todos.
Me hago cargo de esa enseñanza
Se avecinan tiempos difíciles, muy difíciles, tristes para los que pierden su puesto de trabajo, para los que no la pueden desarrollar con dignidad; tiempos de incertidumbre porque supongo que la inacción me puede echar en manos de auténticos tiburones que desgarran cuando no tienen saciado su hambre, de peligro porque jugamos con gente que tiene apoyos e intereses ocultos y fuertes, por ello y por mas cosas nos necesitamos todos.
Siento pena porque cuando lanzan el mensaje de que sólo trabajamos 20 horas saben que existe gente que porque lo dicen ellos les creerán, y eso es considerarles tan poca cosa, tan incapaces de razonar.
Siento pena porque cuando una política dice que otros profesores de ese gremio, trabajan más en los concertados y los privados, no les da voz para saber si se sienten orgullosos de trabajar más, si creen que pueden cumplir de maravilla y si fuera de ahí, no trabajan más horas. Por último, sería la política capaz de responder si estos profesionales están tan contentos que se harían fotos con ella para celebrar ese apoyo tan grande dado.
Porque si por otro lado, estos profesionales fueran quitados de sus puestos de trabajo o por interinos o, ¿no sé si demasiado loco? por los funcionarios que ahora están sin plaza. Estarían estos callados profesionales, peligrando su puesto de trabajo también orgullosos de la defensa de esta profesional de la política.
Y es mi responsabilidad, quiero sentirme apoyado, pero tengo que asumir que yo, no los políticos, no los sindicatos, ellos están y han estado, (no juegan a aparecer y a esconderse), pero yo tengo que dar pasos y espero no mirar a los lados para ver si el otro lo hace mal, yo tengo que trazar mis pasos que ayuden en estos nada fáciles tiempos. Quizás tomando plena conciencia que parte del problema lo hemos generado nosotros.
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