Abrí la puerta, él se negaba, introvertido le animé hablándole del derecho que tiene cada persona para manifestar sus ideas y allí, abiertas, salió exhuberante la contención tronchada:
Toro cobarde que se enfrenta con el valiente torero, siempre ecologista.
Sin embargo, toritos, no me cansa vuestra contemplación, vosotros, plácidos, indiferentes, rodeados de los vuestros, señoriales, magníficos. Uno de vosotros, se fija en mis torpes pasos, nuestros mundos no se cruzarán. Efectivamente, me digo.
Y, ..Os piden valentia, quienes os aislan, os encierran, os exponen en su medio hóstil, ahítos entre otros soliviantados bramidos.
Os autoproclamáis "Valientes", ¿seres osados? ante quienes se os plantan en esa condiciones. Vosotros, pequeños mengueles, experimentadores con la muerte, torpes miedosos adoradores de armados dioses; ante la duda, ante la realidad, dejáis pañales e independencia para entregaros a mesiánicas proclamas, en altares pringosos.
Proclamados "Valientes y ecologistas"; ¿Donde buscan sus fuentes para acusar a ecologistas comprometidos, de favorecer a especuladores?.
Si la masa, desparrama sus bilis, sobre quien en solitario defiende la vida, incluso de un animal. ¿Puede esa bilis crear terrenos abonados, imperecederos al odio?
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