martes, octubre 06, 2009

se despertó

Cayó, calló, miró, contempló y el monstruo del eterno poder seguía allí, desafiante y seguro, ante la miseria de quienes aspirando a su reconocimiento, perdían la grandeza de su independencia.

El monstruo, incluso hibernando, chupaba la sangre. Dormía, entre una eterna sonrisa hacía los incautos.

Desperezado, atría esclavos

No hay comentarios:

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y