Pepe encuentra que puede salir en estos momentos del lugar en que fue entrando sin tener consciencia que le ataría. Ha estado escondido durante bastante tiempo.
Ella llegó embutida en unos plásticos que la convertían en una lunática.
Otro día más que apalean a los que reclaman; lo cometen quienes acompañan a seres que, sólo, lanzan proclamas sin responsabilidad, sin seres humanos. No lo comprende ella, agacha la cabeza él.
Parecía un verano cualquiera, pero el agua del invierno y la primavera habían alimentado una belleza exuberante en la naturaleza y si, sólo faltaba algo que incendiera todo lo que el ya metido verano había secado con una codicía que satisfizo la concuspicencia de una tierra, una temporada más, adolescente.
Y llegó, como la chica que el verano pasado era una niña o el chico que ha cambiado hasta ser codiciado por las miradas de una vegetación en estado de procreación; y se prendio la chispa y nuestros pueblos fueron anegados de fuego y se quemaron miles de hectáreas y se deshizo la obra que el tiempo había ido cincelando con las ayuda de todos factores atmosféricos y si, también, en algunos pasos los actos del ser humano.
El destrozo fue inmenso y la indiferencia de muchos tan criminal como la gran capa en la que se embuten para decir que ellos, si son español, español, español; pero con ella se tapan los ojos y de imperdibles se ponen las manos en los oidos para no escuchar la necesidades que debieran cubrir durante los otoños e inviernos como prevención para que no sean arrasadas tan ingente tamaño de bosque con su tierra llorando cenizas.
Enfrente, dólidos, destruida laentrega el amor a la tierra que, en algunos casos, les unió a sus parejas, están nuestros "forestales" y luego quienes se lanzan a intentar minimizar el destrozo por la indiferencia de las Administraciones públicas, los bomberos forestales
Allí estuvieron, hoy y desde hace años, ellos; algunos como aquellos que fueron envueltos por una bola de fuego, amaban y se manifiestan, todos, los pasados, los presentes para decir que el gasto de hoy, es la vida de quienes, primro viven allí todo el año y de quienes lo consideran su refugio después, o de una semana en la ciudad, o de un año, repitiendo trayecto entre miradas o cansadas o abstraidas con los nuevos brujos que nos predicen y nos atrapan, los moviles.
Existen lugares donde se contempla el paso diario por los caminos para ir "limpiando el monte", como prevención. Durante las dos ultimas temporadas se han visto y, lo que es más importante, se ha amado a quienes escogen esta tarea dura por los diferentes que ofrecen las variadas temperaturas y otros sucesos meteorológicos.
Los bomberos, claro que previenen, pero están cuando todo se ha desencadenado. Son despreciados porque aspiramos a que nunca hubiera un fuego y por tanto no parecieran necesario. Pero las llamas llegan y su esfuerzo se hace necesario y vital.
No se les valora, se incumplen acuerdos, a los que muchas veces se llegan, porque la desgracia ha sido demasiado salvaje y los ciudadanos andan dolidos hasta el exceso, o como en el párrafo anterior, se les tapa en los días sin fuego, lo deseable.
Hoy, cuando el desprecio recibido es tan grande como su corazón, se manifiestan en Madrid, otros días serán en otras ciudades, y son apaleados por la policia, y no entiendes nada. Otra violencia más que reciben los bomberos; se defienden ellos, pero sobre todo la dignidad y el esfuerzo de su trabajo, hasta donde puede aguantar unas fuerzas de seguridad que han tolerado que en un calle de Madrid, se denigre al presidente elegido en una mayoria parlamentaria.
Ves a bomberos que salen por la puerta de atrás, para caminar veredas donde el viento tararee junto con las mariposas que trazan un RE y entona un himno de zambullidas entre los castaños de Extremadura, allí donde un cabrero no falla en su tino a quien le habían abandonado una noche y donde Robe rasgué otra nota de belleza comprometida
Por aquella La Vereda sonaban notas de un saxofón; habitaban las notas un Gigante y las expulsaba para trazar entre regletas y olores de campo construcciones de sueños, en los que le habitamos.