martes, octubre 04, 2011

Un silencio

Cansancio y agotamiento;
en el último momento la sonrisa de verse descubierto.
Sonido berraco, para decisiones hormonales;
marea que acompaña al ser desechado,
en días, no sabiéndolos si fértilizados.

Análisis repetidos sobre falaces certezas;
tertulianos tirando de manuales para insultar inteligencias
Conocen donde han viajado para ser escuchados por
seres que en lo ya muñido, desprecian por incapaces,
a los que tratan de birlar garbanzos en uñas tahures,
conoce donde entras, aunque tengas dueña, no mientas

Encuentro de vidas cruzadas, ya alejadas
sin amabilidad, no germinaron palabras
ahora observan, caminos en un destino docente
que mentes, frotándose manos, les espinan, serán dolientes

Edificios y calles, recorridas por Arturo,
soñando desde su pobreza, a la que quisieron encerrar caridades,
mundos libres de usados dioses impositores
apellidado Barea, chateo y descubrió capas imposibles.

Hoy, telefónicas, circulos artísticos, relojes sin artritis
contemplan alzados divinos Neptunos y Cibeles
y en medio festivos, porque no pueden ser hundidos
chicos, madres y profesoras caminan para trazar sus destinos

No hay comentarios:

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y