sábado, junio 11, 2011

maestros

No hay tiempo de volver la vista atrás. Nuevos inquilinos, nuevas inquietudes, nuevos compañeros. Todos son pequeños pasos, que sin embargo no tienen visos de parar, sino de abrir nuevas vías, que nos llevan y nos acercan a los amigos homenajeados. Aquellos que desde su espacio, hicieron más fáciles la vida a los que les rodeaban y desde allí a sus alumnos, que han continuado caminos muy diferentes, que se alejan de lo recibido de aquellos tiempos, pero que sin embargo, no pueden prescindir de como se fueron haciendo durante el año que compartieron con los compañeros. Sus inquietudes, sus impotencias, el estar apalancado, soñando, mirando al nuevo amor que llenaba y vestía otoños, inviernos, primaveras. Las palabras con las que nos identificaban o que nos descubrían sendas que no atinabamos a andar en nuestra vida diaria.
Avisos, miradas, correciones. Sacarnos de nuestro egoismo para hacernos más personas, prescidiendo de los resultados. A veces, tuve miedo de no haberme esforzado lo suficiente, pero soy lo que fuí, intentando aprender más, y siendo persona, tratando a la persona. Mundos gobernados por el resultado, deportivo, económico, de poder. Demasiada incontrolada ira cuando ves sólo la lucha por el resultado y menospreciar el camino de llegadas a tiempo, de miradas francas para encontrar en los que les rodean los ojos del otro.
Los ojos que encontraron mis compañeros para enseñar su sabiduría viendo a las personas, olvidando la mecánica repetición de máquinas recitadoras, expeliendo productos sin alma

Y ellos, los homenajeados, personas, que amaban sus lenguas, sus filosofias, no siendo estrellas, sólo personas que trasladaban sus conocimientos desde la pasión, siendo indiferentes a la aclamada palabra éxito, labraron surcos que áhitos de agua, escarciaron llenos de las impurezas de los detalles para que ellos pudieran aprender, dándose cuenta que en ellos podrían crecer. Y allí estuvieron aquellos años, buscando entre juegos, risas, pillerías, roces y látidos que se desbocaban

Gracias y estáis

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