Ayer fue la ultima reunión y de alguna manera, todos manifestamos un cierto temor a que el verano nos separe. También en el ambiente estaba, debido a la bajada de afluencia de personas; aún teniendo en cuenta que era fiesta, que la gente empieze a no sentirse parte de esto.
Desde luego, algunas intervenciones me sirvieron para caerme de mi caballo de certezas para seguir sintiendo la necesidad de abrir mi mente, tan estúpidamente segura en muchas ocasiones.
Necesitamos a todos, el miedo a la demagogia viene atemperado cuando sabemos que todo pasa por el tamiz de la asamblea. Es tan bello haber descubierto que una parte de mi tiempo merece ser compartido por gente de vidas distintas, con inquietudes por formar una sociedad desde nosotros mismos, sin la necesidad de ser adoctrinados y dirigidos por seres votados; aunque siempre reconoceré la necesidad de organizarse para caminar, conocer, defenderse y festejar.
Percibí hace tiempo una clara o animadversión o necesidad de clasificar o búsqueda de "débiles" portavoces a los que masacrar o estigmatizar, sin darse cuenta que estamos caminando de la mano para conocernos sin prisa, sin prejuicios, poco a poco eliminando la "terrible necesidad" que se ha sentido durante mucho tiempo, en los últimos demasiado, de descalificar e insultar al otro.
Allí, me siento y, a la vez, me siento tan cómodo sabiendo que es un tiempo necesario y con mis ideas, con mi información trato de dar mi luz a elementos oscuros.
Ayer sin ir más lejos, estuvé reflexionando sobre el tema de los desahucios. Sólo me producían dolor los de los casos extremos, que engañados, engañándose a si mismo soñaron tener acceso a caminos con demasiado y escabrosos recovecos para ser recorridos sin ayuda del poderoso, de los que tienen información, que por no compartirla buscan ser dueño de una sociedad receptora.
En positivo, porque es quemarse luchar por cada caso, idealizé que el movimiento conseguía, a través de la información primero y luego moviendo las piedras de la legislación que el estado pudiera prevenir y proteger al débil, a quien no tiene toda la información. ¿Es eso ser intervencionista?, ¿más que los lobos, que por comisiones, guian al abismo a los necesitados de perros guias en mundos diferentes a su habitat natural?
He emprendido el camino de conocer los problemas de la inmigración. "Del otro" que dice Kapucinski, tan lejano en costumbres, apariencias y necesidades. Tan analizados desde nuestra estabilidad, nuestro pequeño mundo conseguido. Olvidadizo de haber mantenido sus dictadores, sus especuladores, nuestros bingueros de bolsas insaciables.
Me pregunto como conseguiré aprender que en el camino, no existe lo cómodo, porque muchos a nuestro alrededor desbrozan desde su necesidad nuestra arrogancia.
¡Qué terrible crecer sin mirar los terrenos sacrificados, los seres despeñados!.
¿Por qué fijar el objetivo en el inmediato, si los pozos, simas y agujeros fueron generados por los insaciables especuladores, escondedores y porqueros que siempre en esos momentos, alejan los focos de sus insaciable brillantes dientes púlidos en paraisos intocables.
Y en eso ando, en descubrir. Y pese a escribir en abierto, siento la necesidad de vernos, los días necesarios, para que si a veces en las palabras se siembra semillas de incomprensión, en la acción de estar, se abran los abrazos de aprender a comprender, siendo en el otro
Y Bruce y el saxo truena en la melodia de Secret Garden, balanceas mi corazón Clarence
Desde luego, algunas intervenciones me sirvieron para caerme de mi caballo de certezas para seguir sintiendo la necesidad de abrir mi mente, tan estúpidamente segura en muchas ocasiones.
Necesitamos a todos, el miedo a la demagogia viene atemperado cuando sabemos que todo pasa por el tamiz de la asamblea. Es tan bello haber descubierto que una parte de mi tiempo merece ser compartido por gente de vidas distintas, con inquietudes por formar una sociedad desde nosotros mismos, sin la necesidad de ser adoctrinados y dirigidos por seres votados; aunque siempre reconoceré la necesidad de organizarse para caminar, conocer, defenderse y festejar.
Percibí hace tiempo una clara o animadversión o necesidad de clasificar o búsqueda de "débiles" portavoces a los que masacrar o estigmatizar, sin darse cuenta que estamos caminando de la mano para conocernos sin prisa, sin prejuicios, poco a poco eliminando la "terrible necesidad" que se ha sentido durante mucho tiempo, en los últimos demasiado, de descalificar e insultar al otro.
Allí, me siento y, a la vez, me siento tan cómodo sabiendo que es un tiempo necesario y con mis ideas, con mi información trato de dar mi luz a elementos oscuros.
Ayer sin ir más lejos, estuvé reflexionando sobre el tema de los desahucios. Sólo me producían dolor los de los casos extremos, que engañados, engañándose a si mismo soñaron tener acceso a caminos con demasiado y escabrosos recovecos para ser recorridos sin ayuda del poderoso, de los que tienen información, que por no compartirla buscan ser dueño de una sociedad receptora.
En positivo, porque es quemarse luchar por cada caso, idealizé que el movimiento conseguía, a través de la información primero y luego moviendo las piedras de la legislación que el estado pudiera prevenir y proteger al débil, a quien no tiene toda la información. ¿Es eso ser intervencionista?, ¿más que los lobos, que por comisiones, guian al abismo a los necesitados de perros guias en mundos diferentes a su habitat natural?
He emprendido el camino de conocer los problemas de la inmigración. "Del otro" que dice Kapucinski, tan lejano en costumbres, apariencias y necesidades. Tan analizados desde nuestra estabilidad, nuestro pequeño mundo conseguido. Olvidadizo de haber mantenido sus dictadores, sus especuladores, nuestros bingueros de bolsas insaciables.
Me pregunto como conseguiré aprender que en el camino, no existe lo cómodo, porque muchos a nuestro alrededor desbrozan desde su necesidad nuestra arrogancia.
¡Qué terrible crecer sin mirar los terrenos sacrificados, los seres despeñados!.
¿Por qué fijar el objetivo en el inmediato, si los pozos, simas y agujeros fueron generados por los insaciables especuladores, escondedores y porqueros que siempre en esos momentos, alejan los focos de sus insaciable brillantes dientes púlidos en paraisos intocables.
Y en eso ando, en descubrir. Y pese a escribir en abierto, siento la necesidad de vernos, los días necesarios, para que si a veces en las palabras se siembra semillas de incomprensión, en la acción de estar, se abran los abrazos de aprender a comprender, siendo en el otro
Y Bruce y el saxo truena en la melodia de Secret Garden, balanceas mi corazón Clarence
No hay comentarios:
Publicar un comentario