miércoles, septiembre 25, 2019

Encuentros en depende que fase

Una mujer de armas tomar, ea, ea, ea atruena con su verborrea de ratrata ta para decir que si a ella la ofenden, ofenderán a toda la ralea; calma mi niña, ea, ea, ea no sea que lo único que quieras es amartillar para saciar tu sangre nerviosa que te repiquetea.

           - No hablas de un ser humano, que está encerrado con su esposa que se acurrucó hace tiempo en un redil de brumas, con respuestas inconexas

           - No te súlfuras por quien anda sólo en una ciudad que amó y ahora se le hace cuesta Montjuich una pequeña escalera y a veces, las manos que acuden a socorrerla se dirigen marcialmente a su billetera, sin darles apoyo, bastón y conversación de sus tiempos que vivieron, que son transmutados similares a los que nos esperan.

Sólo rodeada de sudor insano, de palabras de hormigón, de mirada de odio a los que habitan en tu ideal espacio pero se suenan los mocos con tus sinsentidos que no tienen más que estructuras sin corazón, te proclamas heroina de ratrata ta que siega vidas sanas diferentes a tus opáceas mentiras. Te proclamas reinona, torticera supremacista

        - Sumisa a las fabuladas empresas que dicen atender a los mayores, aunque estas vivan ibextadas en resultados y porciones que siempre calman a los que se sienten viajando en un clase superior, intentando no enterarse que abajo la acuática superficie es igual para todos, y está última anda agitada por todo lo que nos queremos recibir, sin por ello pagar

         - Postrata en falsete para alabar a un dios que tiene posesiones terrenales que se incrementan para ser dueños de voluntades, pero con pagos sólo, celestiales. Se evaden impuestos por alegar celebraciones cuando, en verdad lo único en lo que aconteces es que no paran de entrar dádivas, cobros con intereses y especulaciones en terrenos que reclamaría la condición humana para su dignidad, pero tu la manteas

Hojas, antenas, cámaras te dan baza porque siempre cuidaron que el miedo se engrandeciera aunque tu sólo viajarás en una caduca calabaza. Translúcida picadora con tus razones en bandolera de ratrata ta que creyéndote enviada, sólo encabezas manadas de babas sanguinarias. Vives en huecas palabras, cabezas y miradas, ni tan siquiera

          - Hablaste de las leyes de dependencia a cumplir, a cubrir, para que los acompañantes complementen su vida dedicada a la otra persona, con la atención a si mismo que las haga sentirse acompañadas en una sociedad que privilegio la idea del individuo para así poder dominar mejor

          - (ni tan siquiera) observas los seres que están atados a enfermedades, años y lesiones, si no es más que para atarlos a las concesionarias que os alaban, vuestros buitres que acuden tras haberos atragantado de codicia. No amas a una sociedad que necesita mirar a sus mayores porque de ellos recibieron su presente y con ellos deben haber aprendido lo que se ofrece para el futuro.

No, no es a tí, inyectada en odios patrios, sin seres humanos, a la que dirijo mis palabras hilvanadas en prisas, son a las personas, con nuestras discrepancias, con las que comparto mis esperanzas que a tus ratrata ta, podamos ofrecernos encuentros fuera de extremismos y alucinaciones.

Dependencias que nos agrandan como seres humanos, que miramos y atendemos al otro, porque entendemos el crecimiento de la sociedad en números de atenciones y comprensiones

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