¡Qué suspirar, si al mal silencio, adoro!
Tantas y tantas flores recogidas, al amor
aguas a aflorar al ritmo de Brel maliano
Sakho, ojos para el ciego que descubridor
acepta semejanzas, entristecida sin mano
con la que sudar en el enmarcado camino
Aguas de la Meuse, de la Mozelle, aburridas
sin Jacques, sin Jesús, talladores emboscados
en el cotidiano cauce de aguas dulces mecidas,
maestros del abrazo entre los surcos labrados
capitanes para el alivio de pretéritos grumetes
Colores ondeados visten los cielos del recibido
para dar danza entre el botijo al rap escanciado
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