sábado, junio 07, 2014

Hoy me tocaba acudir

Si, hacía tiempo que lo había pensado, pero sólo hace dos semana supé que podía acudir a aquellas tierras, donde había compartido muchas horas con gente que teníamos la pasión por el deporte. Ahora, era cuidar la parte cultural que entonces no había descubierto.

Llegué, pero porque se me acercan, hoy, bien es cierto excepcionalmente, he ido con chaqueta y corbata, y me piden que aparezca en la foto. Si, me dicen que casi no se distinguirá; foto informal, gafas oscuras y adelante, pero es que necesitamos llenar la foto. Ok, ¿cúal es el motivo?, he preguntado como despistado.

Han empezado a marear la perdiz, que era algo muy honorable, con gente que se ha sacrificado por nosotros y nos ha ayudado. Para que decir lo contrario, esas cosas me ponen un tanto nervioso (siempre he pensado que no aceptaría nada regalado, por el simple hecho que mantenerlo ya me puede suponer un gasto extra); pero bueno, siempre he tenido el defecto de aguantar por un rato. En mis reflexiones andaba embebido, cuando he empezado a ver llegar coches potentes. Y al salir, si, efectivamente ellos, ¡¡¡ellos!!!; esos desagradables seres, que magos de la palabreria, como ayer veía, en las imagenes que era el dictador alemán, empezaron a empacharme con su sonrisa. Me empecé a ir, me repugnan

Vino a buscarme un ayudante del fotográfo, oye, que te necesitamos, que habíamos contado con tu hueco, que podrás hablar con ellos de algunos posibles negocios, que ellos tienen todas las puertas abiertas.

Pero, porque leches andan estos juntos (si, efectivamente, ellos se juntan), bueno, tuvó que reconocer, cuando yo le mostré que no estaba sometido a las tonterias, que son antiguos mandameses que se reunen para reivindicar la constitución y los tiempos pasados, como grandes momentos.

Me vió  jodio, dudó si seguir contando conmigo. Yo, a todo esto, había decidido hacerme el longuis por las más diferentes razones y permanecí.

Pero apretado, muy apretado, me empecé a ir, me fuí, me pasaba antes por el campo y ese día, también entre potentes poseedores, me fuí como nunca había pensado que lo haría. Salían mezcladas las espumas producidas por el jabón dado en las diferentes inauguraciones de los más variados edificios, donde unos bendecían para tener colegios, otros hablaban para vender humo y otros aclamaban al pueblo en medio de las mordidas recibidas.

No tenía control, y se me escapan las velas hechas con hiel, que bramaban entre luces de verdades únicas, para iluminar la caverna en la que nos tienen encerrados; proclamaban que sólo ellos tenían la llave a un mundo que antes habíamos intuido y sólo ellos, nos alimentarían, informarían y nos levantarían.

Exhausto de mi contención, sólo atinaba a decir. ¿tan perverso eres que empozoñas una sociedad, si tu no tienes el poder?. ¿No tienes conciencia de ser fruto de una mente criminal?

Me olvidé de mi mismo, caído, extendido sin un aire que masticar, sólo en ese momento, soñe aspirar el oxigeno de la poesía de Antonio Machado y, transportado a Colliure, veía la flor de la República crecer, porque entre espinos, eramos capaces de besarnos quienes nos habiamos descubierto, siendo.

Y me fuí, no me volví, de ellos, sólo podia agradecer que me habían ayudado a reconocer sus tretas y a unirme para poder cambiar aquel mundo corrupto. Y sabía, que no tenía otra oportunidad, que haber aparecido en su foto, era ceder.

Caminaba dubitativo pero había habido, tantos y tantos seres que no midieron los beneficios, sino la lucha que podían hacer por una sociedad más justa, que sólo miré adelante, al cielo azul, matizado en un morado por el sol del ser humano y por una sangre que bullía de poder libre.

Y me ví, siempre imperfecto, aceptado por una República que se hacía cada día. Y soñe, la mecedora donde me balancearán sus versos.







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