Extraña citación entre las pantallas. Sixto Rodríguez mece el recuerdo de "Buyer Club Dallas", "Frances Ha", y "El pasado", nada desaparece del pasado que nos sirvió de brújula para moldear un armazón sobre el que construimos lo que somos.
Quizás los eternos Orejas, traidores respiradores de los oxigenos asesinados, puedan trastabillar nuestros pasos hacía un remedio para nuestras debilidades adquiridas; estos bichos, como rata que pulula por "las tres bodas de Manolita", esclavos de empresas de asaetean nuestros caminos con puntas de las que ellos son martillos pilones, nos hace sacar la cabeza de labañera en la que ahogamos nuestras impotencias, para amanecer poderosos entre los pasos de la fraternidad. Reposo en "el Moderno" para masticar las emociones que reabran la magia a amores repartidos en campos tan lejanos como incrustados en lo que somos.
Y Sixto Rodríguez, balancea cadencioso, lo posible, de mi coreografía imposible
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