Oigo la radio, si, si, tu te acercas a mi ciudad, con tu diferida medium. Alemania, bonhomia y paseo para asegurar el voto abducido por la falsa tranquilidad que nos dan tus cimientos podridos por la corrupción.
Cogeré el agua por el que fluyen piraguas para la placidez y saldré a arroyos, manantiales y charcos y allí nada será fácil, veremos nuestras inmudicias, errores e imposibilidades, pero en el agua, lanzaremos las cuerdas, nos pondremos los chalecos y descenderemos unidos entre piedras, saltos y remolinos porque sabremos que en el peligro nuestra fuerza es la implicación y darnos la mano que tantas veces rebeldes a los pasos, quieren caminar a tantas diferentes certezas para superar las corrientes de la eterna conformidad dominadora
En los papeles, en las ondas, apareceras inmaculado, como la piel del abatido elefante, que tiene sus entrañas podridas.
Votar, en su imperfecta pequeñez, es el apoyo para sobresalir ante las manos zombies que justifican los malos olores para seguir hundiéndonos bajo el manto que nos aplasta para desaparecernos ante algunas de nuestras riquezas, una la dignidad.
Al final del día, veré tu foto entre estudiantes, colados entre las mordazas. Foto para lucir juventud, como la señora que se elevaba en una foto con piraguistas, para demostrar trabajo, cuando rasgados sus fondos, se veía la podedumbre de sus egoismos. Bellos fondos sin alma
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