Cabalgo buscando los sonidos, extraños seres que huyen a mis atenciones. Riegan los cielos y sin embargo, me temo sin simiente. Sólo me queda arar lo árido y abonar con mi impetú lo ahora extraño. Deseo tras un verano de te.
Ahora silencio y abierto a que se abran orejas para que se conecte lo físico con lo mágico del mismo mundo pero de palabras ignotas
No hay comentarios:
Publicar un comentario