Nace de nuevo, un día, el hombre que fue señalado, sin él saber nada
Terminaron de destruir todo, martillazos sobre sus hechos, ¿apátrida?
Y sale, salen, con rumbos, siempre marcados, a escenarios para odiar
salpica espumarajos, sobre los males a suceder, él que no reconoce ser
Sin bandera, la que le gusta enseñar más grande, más suave, la pierde
fuera de su tierra; No es gruesa, no llena, los huecos de sus navajazos,
sólo penetra en huecos baldíos de seres acartonados en estereotipos
de salivazos lubricantes que no tienen más movimientos que asereje
Lugares comunes para actos de la vergüenza siempre apadrinados;
siempre enmascarados por letras impunes, tintas negras en sobres;
elevado para ser un titere, risueño, para portadas ibexfabricadas.
Te vas, sin honra, tiburón para el débil; asediado sin tus espiritus
que carroñaron todas grandezas, comidas en bajezas sin tikismikis
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