He leido que el señor centrado en el descentre llama supporter furibumdo a quien apoye a los socialistas. En fín, se lo acepto, si han conseguido que en un bar de barrio obrero haya un señor entrado en años dando voces para proclamar los cinco millones producidos por el socialismo y que en el tren, un predicador, a falta de un pequeño púlpito lanzé llamas a todo el personal del dormido vagón y que sólo bajé los decibelios de su particular altavoz ibicenco, cuando un ser, me imagino que furibundo, volvió su espalda para intentar salvarse del llamerio sobrevenido; este hombre hablaba con la misma pasión de Bildu, como seguro no hará de condenar el franquismo. Sólo le falta ser el poseedor de las llaves de la justicia.
En fin, me asusta un candidato de IU, cuando me cuenta que un pacífico vecino, a voces intenta recriminar aún no tiene memorizado el que. Posiblemente, estos tonos son nacidos de la furinbudez y del análisis sereno que siempre he echado en falta en mis reflexiones.
Me alegra que me defina para saberme situado cuando reflexionó sobre lo que pasa en la sanidad y en la enseñanza de sus posesiones (entregadas al capital, poder religioso en su faceta más humana, que elige a quien luego paga y se quita de problemas). Se encargan de acallar en su medios, pero sólo por ahora, de la ostentación de la que hacen gala, por ejemplo, en reuniones celebradas por entidades religiosas en Rimini (Italia) de ir tomando el poder en la enseñanza por parte de sus sectores, de donde nunca debieron salir, tan eternos ellos.
Calma mi ansiedad, el ponedor de adjetivos, cuando pienso en su módelo productivo basado en la liberalización del suelo; importante contribuyente al estado actual, según dicen entendidos menos supporters than me (ya ve como aprendo el lenguaje bífido a salvo de malicia).
Habla pausado, sin la ira del enfrentado, a quienes utilizando las instituciones para fijar un sueldo, se encargan luego de masacrarlas o privatizarlas, como si confiarán su diaria contribucción al obligado rendimiento de un "civil servant".
En fin, puestas nuestras respectivas camísolas, agitemos banderas al viento y en su mesura, agradezca al extranjero el coraje de haber aguantado a tiranos besados por caballos prestos a ser regalados a alucinados mercaderes llegados incluso al poder, soñando ser eterno. Agradezca que estos extranjeros esclavizados por tiranos y sus receptores vaguen casí siempre más pacíficos que los excelentes veedores del fútbol que necesitan en una final de copa, 1.200 agentes para frenar excesos hormonales por este país, atraídos y atracados por el dinero oculto de explotaciones negreras, pero eso si, siempre abanderadas.
Gracias, por conocerme también, ahora que en el sueño, me surgen garras y dentaduras de sedientos e insaciables poderosos que nunca son nombrados entre los posibles engendradores del caos en el que nos mecemos
No sé preocupe, le puedo asegurar que no tienen dudas, las voces les afirma, las inyecciones diarias, inoculan el comedimiento en el que los suyos nos arrullan. ¡Usted siempre tan gallardo!
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