Me quedo mirando; ¿estoy cansado?,
¿no me ha gustado algo?, vale busco la risa fácil, no me he dado cuenta, pero ya otras veces me ha pasado, he fracasado,
Veo risas forzadas, complices pero que me olvidarán, que se me van clavando en mi cuadro de control.
No ya no tengo ningún secreto, ya he sido cruel, desde mi tribuna, en esos momentos, única e irrepetible, he mostrado mi debilidad futura.
El payaso, arriba, en el escenario, es un ser desválido que nunca quiere tener la daga, si ataca al cruel nunca será con las armas de este, pues este se ha especializado en dicho arte. Tiene el escenario para caer fruto de esa brutalidad, para luchar contra la roca que le da el poder y a la cual sólo puedes deshacer con las gotas de las palabras sutiles que desnude los oropeles de la ceguera.
¿Puede la costumbre aceptar al poderoso que golpea con saña para marcar su territorio?
No, en ese momento debes buscar en tu cuerpo desnudo, tu lenguaje que le descubra la estupidez de su maza por no comprender las debilidades de los otros.
Caminé unos días con parte de los integrantes de "los payapeutas" y ví que su pasos son continuos, sin desmayo para descubrirse y poder transmitir una cierta felicidad en el medio de los días dolorosos de niñas y niños a los que vuelven a abrir las ventanas de los sueños
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