sábado, marzo 03, 2018

Cuando eres vencido, Maruja ¿qué escribir?

Te sientas, te callas y te preparas para escuchar o para desconectar.
Siempre es la misma táctica: datos y más datos, imágenes y más imágenes; y poco a poco te vas dando cuenta, que no existe ninguna afinidad con las personas que están en el mando, que han construido un castillo y desde sus torres fortificadas buscan
que entres dentro de sus muros, pero para busques alojarte entre las caballerizas,
que dormites en los comedores dónde ahí migajas,
que pasees por  los jardines escaparates donde te entretengas, pero nada más, creen que sus dormitorios miradores les ha hecho inmunes y desde allí, lanzan dípticos estrella, soñando que te abrumes con la vista puesta a sus cielos.

Y sin embargo son tan débiles, que buscan culpables entre los faldones que les dieron dignidad. Si les falta alimento, se preguntan si, a lo mejor, tu, yo u otros pudieron ser los que provocaron los recortes; ¿se habrán creido que los señores feudales están pensando en alimentar a sus súbditos? ¿Qué les ha hecho obnubilarse?:
Si fuera la gloria o estar encima de la tarima, a la ultima la carcoma la termina deshaciendo; a la primera, los focos generan tantas sombras que los momentos grises terminan creando frios que las luces sin alma, no calentarán los miedos .

No comprenden, o más aún, creen que tardará más en llegarles la realidad y mientras son reyes.
Y te vas dando cuenta que te imponen los diálogos de tantísimas cosas ajenas:
O los nacionalismos, con sus banderas, himnos para servidores que se agitan por violenta ofensa y braman para que cierres los ojos o te tapes los oidos para no sentir las salvajes cuchilladas con las que van esquilmando la sociedad, o permitiendo que las viviendas sigan siendo sogas tejidas por fondos que ahorcan la vida ciudadana o dando mil y una vez las ofrendas en los túmulos que nunca saciarán a los cielos.
 Quieren dar nuestro dinero a sus élites y a los outsides que se creen libres porque les meten en sus habitaciones de invitados.

Quieren dar las llaves de todas puertas a los proclamadores que tanto servicios les dan con sus mantos benditos de pasos ingrávidos  y que cierran los púlpitos por la vida, cuando oyen el tintineo de las monedas bajo palio.

Y datos, más datos, del éxito, para tapar el silencio de los que abandonan el barco, porque hemos aceptado ser leña que abrasa la adolescencia, ya fuego; aceptado ser tentáculos de brazadas enojadas para agitar los temporales de seres sometidos a estándares de cabezas jibarizadas.

Y derraman gracias en felicitaciones a las excepciones, cada vez menores, para que su proclamación sean los altavoces que postren a los oyentes. Incitar a la acción exige correspondencia, pero los desiertos no son mesas para compartir; ante eso, en las barcazas ya salieron las marineras y las luces del alba las abrazan y desde su esfuerzo, en el asiento donde reposa para tejer las redes, esa persona también da calor a las luces tan lejanas.Tan en silencio que las brisas claman sus letras

Maruja, se fue a buscar la noticia, por conocer, por contar, ¿qué hago yo, si a los Oliver y Benjis que son dejados en el camino, no les doy mi compromiso?

Locuras calladas de bilingüismo, sin comprensión, como una anuncio hacia la sociedad que sólo debe fonetizar espinas dorsal sin conexiones neuronales. 
¿Cómo me escondo entre los mil y un nombre con el que nos quieren desaparecer?. Al más pomposo, le clavé mis lecturas, asumiendo la debilidad del lugar de mis pasos; al más técnico, le llamé a su nube, porque aquí no había por donde teclear prestancia; al más artístico, le apliqué los desparramados colores de un espacio viejo y reducido y apelé a su magía para clamar la atención de nuestros vecinos, sobre lo bello que sería un agujero decorado con corazones palpitantes y al más deportivo, le desafié y le invité a que ese mismo anacronismo hundido y maldito que amenazaba chamuscarnos, tuviera reales para convertirse en un espacio integral de juego para la salud.

Por ello, cuando me rebozaba en la arcilla dela tranquilidad, obteniendo manchas indelebles de olvidos, me daba cuenta que el antiguo jabón sin las químicas criminales si eliminaba separaciones para ser inclusivo,  y ver al otro que somos nosotros.
Clamaré por enseñanza por proyectos para el descubrimiento, sin los tsunamis de las notas convertidas en objetos contundentes que agreden. Excesos de puntos ebrios de anotaciones estabuladas, atontados pasos pérdidos que no dan para conocer a quien debieras ayudar.

Y aspiro a no recibir cartas arrojadas desde los despachos dopados en las elecciones; sin remite, para que no devolvamos la respuesta a sus insultos de ser sólo asalariados, menestorosos de limosnas narcoticas con el poder decirles las impudicias de su desigual trato entre los centros y la imposibilidad de establecer conexiones entre los seres que viajamos.

Aceptamos ya debiles exhaustos, castigados incluso por los silencios de los sabios próximos que se justifican, atacando desde su inación positiva para el poder que les arroja a la desvergüenza de acusar a quien con sus actos, pierde y se debilita, porque ellos son los dueños de las piezas del domino y cuando se aburren; las preparan para que vayan cayendo en torrente, aunque defendamos nuestra dignidad poniéndonos de pie, todo pintos, pero tan débiles, en jaulas de absólutos tapiados

Pero igual que Maruja, es capaz de aparecer hoy, donde le removieron las entrañas, acompañandose mutuamente con el compromiso por la dignidad periodísica.

Yo hoy, les dedico mis reflexiones a exploradores golpeados, anclados en ventanales a cielos opacados por ramajes a podar, porque quiero que sigan navegando para la vida desde los debiles kayaks en los que ahora se encuentran, porque con las palas del conocimiento podrán llegar a más Itacas, aunque ahora los ciclopes de una sola mirada tapen las puertas a descubrimientos sabios porque próximos

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