domingo, marzo 04, 2018

PAH de Barcelona, del invisible


Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crí­menes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos, Martin Luther King.
 
Viajo silente a mi mismo, soy invisible. Ellos, unidos, caminan en un terreno común, conocido. Sus voces entrelazan los latidos de sus actos. 
No los esperaba, después de mucho tiempo, voy embebido a mi lugar mágico de Madrid, LaCentral, y a la búsqueda de libros donde entender Kabul, revisitar las pulsos de las calles de un Madrid apaleado, leer para contar entre niños, saber analizar mundos materialistas, revisitarme para aprender a contactar con quienes, a veces, escuchan, ver los escenarios de las vidas, saltar con lo filosofia actual. 
Y no paro, aunque me digo, entre triste, quizás cobarde, que cada historia que me contarían las personas que han viajado desde Barcelona podrían ser una Iliada con mil Ulises, pérdidos en los acantilados a los que estamos hoy mirando por magníficos, y enaltecidos, con silbos atrayantes a sus inconmensurables curvas, nos han enseñado la importancia de acudir babeantes pero no nos dijeron nada de las punzantes proteccciones con las que son resguardados los privilegiados que establecieron sus casas faros en los miradores edificados a horizontes infinitos.
Y sé que les escribiré en este fantasmal espacio, porque allí, ayer, no sabía encontrar mi espacio,
que lo tenían,
que me invitaban, 
que me tañian para danzar
que me daban palabras para compartir
como invitación para encontrar los que se nacen
cuando fueron vencidos por dulces voces y carteles cielos
porque se descubrieron debiles, se empezaron a agigantar en sus actos
para mi, se tejieron ayer en abrigos que proteja de los frios números de magos políticos
PAHs, son quienes me dicen que la libertad de la riqueza, no puede edificar desde las cárceles al otro
PAH, buscabas el calor de los pasos que bailan cuando se paran, para proclamar soledad
Sé que no hay alivio en los soportales que albergan los sillones con techos
Fue un camino en el que encerre las manos para ti, necesaria
Tantos kabules machacados por mercenario, silencios
¿Cuántas veces nos encerraremos? rompo
Sin vosotros, nos delata el miedo
Domingos, que abren
PAH, que dáis
Actos

Sábado 3 de Marzo, corazones en red, mojan las calles de las lágrimas que les oprimían, riegan el asfalto del sudor de sus esfuerzos para sembrar esperanzas y recibían un agua que, aunque, a veces, molesta, les acariciaba por ser gigantes.

Besos, vida



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