Siempre defiendo que hubiera sido saber comunicar que cuando alguien desde su poder para discriminar y elegir habla de libertad, le debiera llamar mentiroso.
No hay libertad, en personas que no tienen las mismas oportunidades. Sólo hay una sublimación del egoismo y del individualismo.
Con el primero, el egoismo, se conseguí que ya que estoy en estas condiciones, merecidas o votadas, voy a tirar para adelante y los demás que corran, que además me están pagando poder tener una serie de privilegios, quitando a otros lo esencial, con el segundo
el individualismo, camino sólo pareciendo un ser único y esencial que se tiene en cuenta mi valía.
Los que prostituyen la palabra libertad, con la primera decisión, se llenan los bolsillos a costa del erario público, "liberarizado", con lo segundo, consiguen que de la desunión puedan prevalecer siempre sus condiciones, siempre idealizadas ante conscupicentes abandonadas mentes.
Mentiras de la libertad tomada como bandera, para flagelar en su flameo al débil
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