El mar griego
Trompetas, glamour, risas, aclamaciones magnificadas por televisiones tomadas por el poder que todo lo fagocita, que miró al este y soño imponer las condiciones de trabajo de aquellos trabajadores, hoy adolescentes y ya lléndose de la ambiciosa tutela.
Navega amiga, porque a los vientos, o melifluos para tomarte descuidada en la ficticia plácidez, ó enojados y coléricos de quienes reclaman lo que sólo creen suyos, tu voz es la vela que tejida por tantas manos únidas, tamiza el viento para navegar en nuevas y escupe las plásmadas estúpideces de los dictadores liberales apesebadros por los dineros públicos.
Navega cual Ulises, acompañada de seres que ahora mezclan los miedos por las furias de los dioses cretinos que llaman a la consumación del poder único a otros dioses y alguno de estos, ya ha comprendido que debe rechazar el abrazo del pantagruélico corrupto ogro, para poder transmitir apoyo al ser humano en su realidad.
Grecía, abiertas las cadenas para encontrar la luz propia, las brisas que expulsen olores tristes de lo repetido
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