sábado, febrero 05, 2011

¿Por qué me metería ahí?

A veces llegan videos graciosos, en este caso podríamos decir desde el final al principio; esperas a que se cargue todo el video, te vas a los ultimos segundos de la emisión y ves a "un humorista" con la cara descompuesta y mirando a su alrededor desconfiando de cada una de las personas que le están rodeando; de forma forzada intenta esbozar una sonrisa.

Prefiero a un no irme al principio y retroceder un poco más, por la parte de atrás, este humorista acaba de lanzar un grito de que alguien le está robando un anillo. Parecería que estaría rodeado de una gente de poco fiar, por como reacciona oteando todo lo que le rodea; termina como dije anteriormente, haciéndose la pregunta inicial, ¿Como he podido llegar aquí?, ¿Como me he podido fiar de esta gente?. Como el video no es muy largo, busco intentar comprender lo ocurrido. El humorista se presenta ante una concurrencia, parece ser de una determinada ideología que precisa ser alimentada con algunos de los chistes que les enfervoriza: religión, dictador, la democracia que parece que les molesta y que intentan de una manera simplista y con chistes faciles desprestigiarla. En este caso han escogido al actual presidente de gobierno, asimilandole con un chorizo.

En medio del jolgorio de la concurrencia, feliz y en su salsa ante las simplicaciones, el humorista se da cuenta que entre estos risueños adoradores de religiones eternas que consagran generales faltos de unas cuentas normas, se encuentran chorizos que de una manera clara les hace preguntarse ¿como ha podido pensar que hacer reir a estos seres, le iba a abrir puertas?. Se pregunta, si no ha tenido bastante, a lo largo de su vida, para saber quien tiene el poder, y como lo ha ido consiguiendo, en su mayoría, sin escrúpulos y siendo unos descerebrados.

No me extrañaría que en su forzada sonrisa final, tras ser atracado, surja imaginando el cambio de roles que le había ido dando a cada uno de los personajes del chiste y que el de los huevos, ahora sea el desnostado, por tener narices a enfrentarse a esa cuadrilla.

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Siameses y mercader

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