Y sin embargo tan separados. Tan sabiendo que una vez vejados y maldichos los sindicatos, te vienen problemas para defender tu tiempo empleado, tu tiempo trabajado para ser reconocidos unos méritos y chocas con el poderoso y los filtros que ha ido poniendo en forma de normas y de administrativos que enterándose de la dimensión del problema, sin embargo se atienen a la norma. Y miras y razonas y exclamas y clamas entre improperios para que tú seas tenido en cuenta en medio de un canal vacio de agua, del cual no sabes, ni puedes salir porque en sus paredes se han vuelto resbaladizas, inexpugnables, con verdes algas pero imposibles de superar.
Y te da rabia que el nuevo esclavismo, te este llegando, por el poderoso que babea por las condiciones laborales que deben soportar los explotados de los países emergentes, por nuestra propia avaricia e ilógico crecimiento en el que queriendo ser más, recurrimos a esquilmar a quien se encuentra explotado y a la vez de su sangre y sudor van naciendo los tortuosos caminos que nos llevan al desempleo. Ese nuevo esclavismo, que surge paradójicamente cuando más fuerte se canta a la prostituida libertad, cuando es el rico el que pone el listón del auténtico poder de decidir.
Oímos denostar, a los antisistemas que queman 60 cubos de basura, cuando un solo ex-consejero en 60 actos a los que debía ir, además cobraba tanto como pudiera valer uno sólo de esos cubos. Tienen miedo a oir a que defiende la soberania alimentaría, a quien afirma que se puede vivir con menos, a quien duda del sistema de los bancos, por esclavizadores, a quien se horroriza con los especuladores que amasan casas que a la vez, posteriormente nos obligarán a mayores gastos. Sobre todo tienen miedo, pánico a aquellas gentes sin vendas y sin ataduras, y a que piensen, propongan y abran ventanas a la pútridas cloacas donde nos hacen vivir, hacía una cómoda muerte del derecho a ser uno mismo.
Y ahora, que tan calentitos estamos juntos, reviso para el aprendizaje de mi imposible inglés, la película sobre Harvey Milk y su lucha, y el espíritu que infundió primero a un grupo pequeño y luego a más, a más y ahora sin embargo, estamos tan juntitos y sin embargo, tengo tanto frio.
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