A veces aparecen libros (en mis manos, después de siglos escritos) que son atemporales y reveladores “Utopia” de Tomás Moro o películas documentales como “Capitalismo, una historia de amor”, también documentales e históricas “1929”.
Luego percibo, poco, por mi aislamiento, lo que piensa la sociedad, lo que persiguen algunos, el asalto de los medias para imponer su ideología y posiblemente la verbalización a pensamientos dirigidos, con chistes que tratan de satanizar a algunos grupos sociales o a algunas personas (paranoico, lee y escucha y lo mismo se revierta).
Y empezando por la ultima película documental “1929”, oída en inglés y por tanto, ¿no entendida?.- Historiadores, economistas acompañados de oportunas imágenes de la época te hace una descripción de lo que estaba sucediendo entonces:
- “Jugar” a la bolsa, inflando empresas de la nada. Pidiendo o tomando dinero para poder seguir comprando y crecer al infinito ¿nos suena?
- Crecimiento que apagaba las voces de los que veían que aquello no tenía ninguna base. ¿Recordamos burlas por nuestra capacidad de compra, burlas por pisos de 30 metros?
- Grandísimo crecimiento en nuestro maravilloso país apoyado casi únicamente en la vivienda.
- Revalorización de nuestros activos para ser más ricos y ya no ser “trabajador” u “obrero”.
- Bancos y cajas magnificas que no podían dejar de crecer mirando a las de al lado y daban dinero a diestro y siniestro, de una forma impúdica. ¿No podían parar de crecer? ¿A costa de no informar a los clientes sabiendo posibles deficiencias del sistema, ya ocurridas 70 años antes?
Tremenda semejanza en otras muchas cosas con nuestra crisis actual. Todo se ha repetido en estos años, con las mismas consecuencias, gente que no puede pagar, trabajo que se acaba porque era y nos llevaba a lo irreal, la policía alerta por los peligros de la violencia de abajo, ya que los de arriba, aún robando, su violencia es más ¿light?
Cuando todo cayó, perdieron mucho los ricos. Todo, los pobres. “Las uvas de la ira” de John Steinbeck, es una desgarradora novela, maravillosa crónica del actuar humana cuando la miseria llega. Cuando la nada te arrastra por tu país o te arrastra a los demagogos habituales
Para no alargar mucho, pues ando un tanto inconsistente, nos recuerda el documental que la plena salida de la gran Depresión del 29, vino cuando Estados Unidos empezó a armarse al prever la guerra de Europa (edificante visión del partido nazi de USA, tomando y desfilando por el Central Park). Y me surge la duda, cuando los Bush, Aznar, Blair (Bliar) o la estrambótica senadora americana, apelan al miedo del ser humano para armarse y luchar contra el “enemigo”, y ser “comandante en jefe” del nuevo renacimiento. ¿Es la enseñanza que sacaron en los años treinta: miedo, guerra, muerte, producción, plazas libres, empleo.
Y volviendo al principio, sacaremos alguna vez chistes de nosotros mismos, por habernos fiado de poder revalorizar las casas siempre.
Bromearemos sobre nuestro apoyo a empresas en bolsa con prácticas poco claras como obtener petróleo en países con regimenes dictatoriales.
Alguna vez yo abrazaré a inmigrantes demandándoles perdón por haberles hecho salir de sus países por apoyar a revestidos seres indignos que, sin embargo, nos benefician y a esos "ajenos" ese darles por ahí, les haya traído hasta aquí, paseando, a veces vagando, entre nosotros.
En un estado aconfesional, con pocas practica religiosa diaria o semanal en sus sitios oportunos, ¿me ridiculizaré a mi mismo por intentar justificar la permanencia de esos, sus signos porque esa gente me hace el favor de dar educación a mi hijo, quitando de en medio a posibles elementos perturbadores: extranjeros, poco capacitados, desarraigados?. Sus agitadores ¿pararán alguna vez a los mercedes que pagan los palos del santo para arreglar sus lugares de culto?. ¿Renunciarán a ser izados por quienes masacran una por una cada una de sus enseñanzas?
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