Sábado lleno del miedo al sábado eterno y sin embargo:
LinienstraBe 206; casa-oasis, fruta exótica para la insaciable carroña.
Vegeto en casa envuelta en ruidos; sentimiento de necesidad de la exencia, que te muestre radical, ante caballeros movidos por petroleras indignas, ante funambulistas, esclavos de los vitores, de los dineros, Bufones para poderosos.
Clowns fuertes por débiles, preparan hechizos para despertar pasajeros de un domingo. El bruto, aparece en medio de la sala y sin entender, necesita ese eterno círculo, donde el susurro es el megáfono; donde la escucha, es la trepadora que abraza.
Se pregunta, el bruto, como sin comprender, entiende a esos seres que navegan en calmas, en tormentas, entre islas agrestes.
¡Llama!, cruel Robison, eres radical en tus requerimientos; absorvidos tus ecos por las dulces músicas de transatlánticos, donde se adormecen seres "ulises" fiados, que anhelan los instantes-dioses.
LinienstraBe 206, círculos de mil colores, ansia para el gran uniformador, vestidor maravillado de la nada.
LinienstraBe 206, se envuelven las fauces "del bien", para sus dentelladas sobre la indefesión de un sueño en un mundo desnudo de bellas necesidades.
LinienstraBe 206, espacio que tiembla vida, espacio con seres sin escaparate, palpitando encuentros sin artificios.
LinienstraBe 206, el 26, en Guadalajara, España, el chico de los pasos perdidos, sabrá donde esta "el corro de la patata", para entender sin comprender, para arropar siendo arropado, para ser radical por querer la vida, sobre la maravilla.
Un abrazo Erik, un mes en un Berlín, humano para mis flaquezas, diseñando sentimientos entre tanta visita
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