jueves, mayo 16, 2019

Aikes

Existe un universo de personas que están siempre ahí, en sus cineclubs, en sus maratones, en su recupera un espacio, en la calle y en los bares, coincidiendo en la visualización de sus encuentros y sus desencuentros.

Existen los que siempre están ahí en su compromiso político, los que piensan que no es cuestión de una temporada, sino de un todo de días entregados, y que quizás no aspiren más que a una sociedad más ecúanime, sin por ello verse investidos del poder que dan las instituciones.

Los segundos vieron el 15M como una especie de ensoñación de unos cuantos inconstantes que quisieron cambiar todo lo malo que tenía la sociedad en días, pero que muchos desaparecieron cuando se les pedía, día a día, el contraste de sus posiciones. Son orgullos de su pérenne permanencia y si pueden te lo expelen de una forma contundente porque ellos siempre son, y si les cuestionas que te lo recriminen, buscan mesas para apalear con lecciones de las que te acuerdes.

Se atropellan algunos para entrar por la puerta de vanidad y de la seguridad vital, muy comprensible, a veces; no muy digna en muchas otras ocasiones, por su sólo mérito de estar en el sitio adecuado en el momento oportuno

Hubo mucha gente, muy diversa, en aquellos días, semanas y meses que les dío un vuelco el corazón y que no tuvieron miedo a seguir mostrando sus flaquezas durante tiempo, porque se percato de lo que cada uno tenía, su valía; y además visualizaron y oyeron alrededor que había gente viviendo en lo cotidiano con análisis únicos.

Muchos convergieron en un partido, comprometido, directo y consecuente para intentar asaltar cielos; cuando cada una de las ciudadades buscó aquellos sueños, por la vida, por multiples razones, quienes fueron investidos en este nuevo partido, debían haber comprendido que parte de los ciudadanos arriba nombrados tenían valiosísimas aportaciones que hacer y que no se integrarían en las maquinarias que tanto se habían criticado. Decidido, lanzarían sus propias plataformas para dar cabida a sus maneras de ver la sociedad del futuro.

Corren el peligro, los partidos que al participar de estructuras piramidales de poder, muchos cientos de ciudadanos abandonen sus pasos lentos a los horizontes; que es lo peor,y  que hemos hecho muchos, o que creen sus propias estructuras, con todas sus carencias e inconsecuencias a viajes de largo. aliento, pero con una riqueza, fuerza y pujanza que abre cielos a alcanzar, por próximos.

No es tiempo para dioses, ni silencios que sean aterrados por botas marciales sin lógica.  Los tablados montados con efigies, símbolos e himnos son huecos porque sirven a mitos de grandeza que no se les ha dado nunca a los seres que caminan. Nadas esperpénticas de odio al diferente cabalgan gloriosos a lomos de asnos que les han puesto sus dueños de la feria. Estos que si excarvas están en la privatización de la enseñanza y de la sanidad para que una vez dueños, los impuestos ahorrados por sus crédulos les llenen sus arcas que ponen a buen recaudo en bancos sin banderas.

Respeto a los que siempre están porque se tienen que enfrentar a los que siempre quisieran mandar bajo palio de iglesias y  bancos; pero se abrieron aquellos días, o quizás siempre, los caminos para los hacedores de los "aikes" porque ellos conociendo y viviendo las realidades, lo hicieron en lo pequeño y lo saben hacer en el corazón de una ciudad que busca pulso en lo diario, con encuentros entre los que la habitan y sin sumisión a quienes sólo exhiben sin dejar poso

"Aike, ciudadanos para transformar los pasos en dibujos sonoros para el respeto al medio ambiente, al ser posible y al futuro que nos llega con tantas raices enriquecedoras, acogidas por la diversidad de un mundo que abrió la fronteras a los productos y se encerro en vallas para vivir su egoismo aislándose en muros de miedos personales.

Caminan, explican y abren espacios para que que no te creas que tus seguridades donde das cabida a especuladores, nigromantes y voceros no puede ser modificada para hacerte sentir parte de los pasos que tiene que dar una sociedad consciente de la que se aspira a ser con respeto al medio ambiente, la diversidad y un crecimiento, ante todo, humano

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