Bello libro que tomo con la ansiedad de quien ha caido en la marmita de la lectura. Existen épocas que parece imposible centrarse en el más pequeño texto y otras, quizás por el tipo de libro, que te sumerges y surfeas en olas de emociones, conectando vagones de conocimiento que quizás necesitarían una playa donde tumbarse a asimilarlos
Por ello, no te resulta extraño, embarcarte en este nuevo libro, tras haberte sumergido en un submarino que ha viajado a las entrañas de una democracia contaminada en el libro "el director" de David Jiménez, de "libros del KO".
No sé si seguiré sacando conclusiones en otra reflexión, pero a modo de resumén, y en esto entronco con el libro del que quiero contar mis primeras impresiones: "Facha" (que aún tengo que leer en dos tercios más) seres poderosos que juegan con la democracia, mandando a títeres a poner señuelos para crear enemigos. ¡Qué espanto que una vicepresidenta del gobierno se jacte de tener controlados todos los medios porque estos se han hecho esclavos por sus deudas! ¿Qué premio a la democracia puede recibir?. ¿Qué es pertenecer a un Consejo de Estado por personas que han tomado parte de esta conspiración contra la democracía y hayan actuado de esa manera?. Abismos que los ciudadano aceptamos, porque en nuestras debilidad, como más o menos decía José Martí Gómez, el elector no sé une, sino que se entrega en los brazos de los más diversos fetiches.
Jason, apoyándose en gran cantidad de datos, nos habla de la desvergüenza de los fascismos que utiliza terminos como libertad de expresión para hacerse las victimas de que ellos no pueden extender su mensaje y .... a partir de ahí, la nada, porque aceptando eso, de seres que tienen cientos de canales de comunicación, el razonamiento se ha acabado.
Leyendo este libro, me venía a la imagen, una visita a Toledo, a la sala donde se exhibia el cuadro del Greco: "El entierro del con Orgaz". Ante la imprudencia de un acompañante que quiso oír las explicaciones de otro grupo organizado sin pagar, un conserje ¿? le empezó a regañar de una forma airada, maleducada. Al ser esta persona extranjera, me ví impelido a intervenir para quitar hierro al asunto. Fue hablar y me ví en medio de la tormenta perfecta. Pues actuando esa persona de una manera abrupta y maleducada, todo lo que le indicaba yo, él tenía, yo creo que la experiencia de cientos de visitas, de revolcarlo hacía mí. Era lo absurdo llevado al extremo: si le decía que era un grosero, eso me rebotaba y lo era yo. Si le decia que estaba chillando, era yo.
Entendí que eso era una táctica muy controlada y lo aplico a lo que nos muestra Jason, no es posible razonar con quien sólo quiere adoctrinar y crear abducidos. Cargados, de millones y por tanto de escribas, llenan la sociedad de sus mensajes exclusivos, xenófobos. Nunca van a entrar a una habitación para tener dialogos para la comprensión del otro. A ese ser, ya la han cosificado ante los seres que han decidido seguirles en una ciudadanía que ha decidido entregarse a quienes, en ciertos momentos, resuelven sus angustias. No hay un tiempo para la reflexión, sólo el seguidismo. Como utilizó el nazismo: empobrecer el lenguaje para lanzar mensajes simples pero emotivos. Y en eso andamos, convertirnos en emoticones sin tiempo para la búsqueda propia
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