Ha sido un libro largo de leer; necesario de releer o de dejar a una estudiante para que se impregne del conocimiento de todo lo que nos rodea, de su poder destructivo hacia una sociedad y a quien osa atacarlos, utilizando Medias y sus siervos para denigrarlos.
Owen no se queda en eso, nos llama a la solidaridad entre la clase trabajadora, a dejarnos de ser manipulados desde arriba o con sus juegos, llenos de héroes, o sus productos tejidos con la sangre y el sudor de quien no tiene otra cosa para agarrarse a la vida o de sus trajes, veraniegos, otoñales, invernales rellenados por seres humanos que se asoman al balcón de las imágenes extraordinarias, que son proyectadas por quienes asaltan, con las armas de las banderas patrias, bancos; edifican paraisos, sobre los cimientos de burócratas, ansiosos por pertenecer a otro cielo tierra y defecan sus incontinencias, poniendo sus dineros en altillos a no ver, sobre los seres humanos que agradaron sus criminales egos.
Por ello, valorar en su justa medida los sindicatos, pero considerándolos soporte de nuestra sociedad; aullando el grito de celo, de quienes siendo iguales, no debieran encontrar su razón de ser, en enmarcar las diferencias, para seguir siendo sometidos.
Gracias Owen y mis queridos compañeros del 15M que clamaron la esencia de una sociedad: una persona que debe intervenir para encontrarse y crear por encima de todo ESTABLISHMENT y sus lacayos, confundidos entre banderas y ordenes de las desordenadas apetencias.
Si, querido lector, queremos y podemos
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