Vencidos, derrotados, el silencio para nuestras ansias. Los clarinetes y trompetas para los poseedores.
Exhiban sus dominios, sometidos arribistas, arribadores, lobbistas y canallas rian entre flanelas y oros
Ta, tachan, ta tachan a jugar, a proclamar mi EXCELENCIA, les dare una parte inmaterial de mis conquistas, para sus tristes luces.
Soy el jefe que derrama belleza a los orcos lobotizados que claman victorias por las minimas mirillas
Escupo al triste ser, vano, que se siente capaz de acercarse a mi juanete, protegido por mercenarios
Reflexiones en planchas de acero que expone sobre mis dias, el ser glorificado, mito momificado.
Atrapado, veo pasar campos caducamente verdes, arrebatados sus colores en plumaje temporal
Y hablo con el vecino, eterno, encontrado un trabajo que asiente una familia palpitante, y compartimos derrotas.
Cuanta tristeza engendra mi silencio, aceptando la victoria del dia cotidiano, amarrada mi ansia
Alejandose, veo como sin descanso hercules vecinos se despojan de los falsos ropajes para destruir mentiras
me siento envejecido, admirado de los gallardos caballos, que quisieron mulas, desterran sequedades.
Dia, ahora si oido, mente desconfiada, no existen fronteras aunque los perros ladren, los duplex putrifeen y los amos, prometan
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