jueves, agosto 31, 2006

LA EMOCIÓN DE LAS PALABRAS

Gracias Oscar Arias (presidente de Costa Rica),

Gracias por darme una lección de democracia, gracias por la belleza de tus palabras. Ahora, sin embargo, estoy en otra cosa, estoy intentando descubrir la realidad de los hechos. Quiero agradecerle al mosén de Montserrat que aparezca para decir que la Iglesia no es lo que algunos voceros tratan de decir: la defensora de la unidad territorial. Gracias al abad por ser defensor de las personas, como Amin Maalouf en “identidades asesinas”, me dice que no es el pertenecer a una región, la que me une con esas personas. Son otras cosas, son el respeto al ser humano.

Un ejemplo son los arquitectos sociales, que leía a la semana pasada en el dominical de “EPS”, que me decían que se puede construir dos tercios más baratos; que no es lo mismo pagar los impuestos para dotar de recursos urbanos a quienes van a vivir en una casa, a diferencia de quien actuan como inversores para quienes invertir en una casa, sin ser para habitar.

Gracias Oscar, por decir que la democracia es necesaria, esa democracia que en sus representantes se tiene que manifestar en conocer la verdad, no en imponerla.

Esa democracia donde la riqueza no debe obscena y dejar millones de personas en un país, Oklahoma, en la indigencia y sobre todo en la desinformación. Allí en los Estados Unidos, en tu preocupación, puedes abogar por que esa democracia no favorece que puedan votar todos sus ciudadanos.

Si, abre la palabra y muéstrala, a quienes desde Miami y Washington han impedido que la riqueza les pudiera llegar a Cuba, y sin embargo no les niega su ayuda a quienes ejercen una dictadura salvaje, Guinea Ecuatorial.

Por que la democracia no es correspondencia a algo recibido, es un bien en si mismo. No existe más democracia en Guinea Ecuatorial, porque de allí se saque petróleo para el mundo occidental. No existe en mí, nacionalismo hacia Repsol, sus accionistas (ávidos de rentabilizar sus inversiones). Existe vergüenza porque una empresa pueda haber aceptado enriquecerse a base de los recursos de un país, no dando lo que les corresponde a ese pueblo. Pagando a dictadores disfrazados que viviendo fuera del país llegaron a gobernar ese estado para ofrecer los recursos a estas grandes empresas, por supuesto, previo pago a esos ogros que manejaron la democracia.

Quiero democracia en Cuba. Necesito la información, que la pueda descubrir. Hoy, 31 de Agosto, en un bar de Guadalajara, pedían que ahorcarán a los socialistas. Qué estaba demostrada su participación en el 11 m. A ellos, algo: su vagueza intelectual, su adhesión a esos "poderes eternos", la absoluta maldad de quienes manipulan los hechos y pueden publicarlos impúnemente, les han hecho los kamikazes de la sinrazón.

Hablame de eso, Oscar, quiero democracia, pero una que no sea sumisa al poderoso, a partir de ahí, acepto

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