Aparece la voz de Leonard Cohen, dice que se va, que ya no se ve necesario, que sólo por el aire no se puede vivir, que necesita sujetarse en la mano de otra Marianne, impregnarse de la magia de la Alhambra, de las letras amadas de Federico y yo le digo,
quedate para arroparme, entre los frios de los tiempos que marchan
quedate para que sólo el eco de tu voz provoque cataclismo en mi corazón,
quedate porque tu cadencia vaya en los pasos de mis carreras
quedate porque en tus palabras quiero encontrar vestidos para regalar
Te retengo aunque te deslizas entre albañiles que amasan encuentros
Te deslizas cuando te proclaman amores que se paran para amar
Te proclaman porque te elevaste a las nubes que derraman abrazos
Te elevaste mientras te clavabas a los cafes de las eternas mañanas
Gracias por extender tus rimas para que los frios me refugien
Gracias por sacar tu corazón a pasear entre escaparates de palabras esclavas
Gracias por andar en el alambre de tantas casas que se aferran al beso
Provocame para la vida que se aferra, en los hermanos que se hunden
Susúrrame para clavar las banderas que no separan ni admiten odios
Dame el delicioso vaivén de tu barcaza que navega entre las brumas
Coros extremecidos por tus profundidades vestidas de danzas intimas
Instrumentistas trazando caminos en los cielos que tu panelabas
Buff, Leonard, si ya no puedo ir a Berlín para sentarme a tus pies
me levanto para ver en el atardecer de un pueblo intimo, tus notas
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