Si, efectivamente, me llega otra vez, ese mensaje repetido en mil vestidos, que me revela la verdad universal que la debiera respetar y asumir para mi aceptación diaria de lo esencial.
Y sin embargo, las gonadas que extendieron sus palabras claves
olvidan las secreciones exteriores de sus amos
plingan las extremedidades de los incautos voyers
que herramentaron sus miradas sólo al ojo dios
no sabiendo si por recepción, habían sido bendecidos
o marchaban embarrados por tierras que esclavizaban
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