Como dice en su artículo que he puesto debajo, Javier, creer que alguien con todo el bagaje de comportamientos barrio-bajeros, miserables y de saqueo de las posibilidades ciudadanos puede dar explicaciones vacuas y sin compromiso, es considerar a sus seguidores débiles mentales o hooligans sin capacidad para ser ellos mismos.
De un divulgador, sabiduría
Hace un tiempo, todo invitaba a la deserción porque la capacidad de aguante de un ser ocupado en sus quehaceres más próximos chocaba con la ciega violencia de un poder que manda a sus servidores para quebrar incluso las normas y las leyes. Leyendo a Almudena Grandes, encuentro en estos días a miles de Antoninos que se ven obligados a "disparar" contra la razón, porque por encima a seres cubiertos de mantos purificadores que les protegerán sin ninguna impudicia, como antes renegaron de ellos cuando cumpliendo su función, les iban dejando desnudos.
Sabiendo e intuyendo las mil y una deficiencia de organizaciones que aparecen en nuestro espectro, existe algo que las avala, se muestran ante la sociedad y elevan la capacidad de cada uno de los ciudadanos para poder expresarse.
Quieren salir adelante partidos que han hecho su labor, que apoyaron lo público pero que no hicieron pedagogía y lo dejaron todo fiado a los que estaban más comprometidos en su funcionamiento como grupo aunque no fueran, porque no puede ser en una gran organización, en todos los casos lo honestos que debieran ser. Cerraron las puertas para sus más fieles y ahora claman por ser reconocidos como adalides de lo justo. Duro, pero cuando soñaron estar en los altares de lo público, no vieron las espaldas quebradas de los que sujetaban esos altares, y ahora estos levantan la vista para acusarles y tienen que humillarse e ir al encuentro del igual, porque de la desunión nace el ahogo de seguir gobernado por la hipocresía que dentella la dignidad humana
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