miércoles, diciembre 08, 2010

sin enterarme

I'm finishing "Stalingrad" of Antony Beevor; I've reading this English book during a lot of time but cuando he comprendido, siempre tarde, que leer no es una sucesión de pasos de hojas sin vivir lo que me están contando, I would like look for every situation in thoses days. Cientos de miles de personas, de familias, de mujeres, de niños nacidos y por nacer, de miradas furtivas que abrirían flores en una imposible próxima primavera, de madres y padres que a su vez rememoran cada uno de sus pasos dados, tropezando, sangrando, sin comida por jugar, sin comida por soñar; todos atrapados por la glotonera malla de las palabras alucinógenas de mediocres seres, elevados a infames altillos con base en nuestra siempre eterna buenura, en nuestros trabajos inaplazables, en los lloros que deben convertirse en sonrisa de nuestros niños engendrados.

Son esos seres que se ofrecen, quienes si encuentran la melodía apropiada, subliman nuestros sueños, quienes ordenan aguantar "a sus hordas incultas" (declararán una vez atrapados) a pesar de que todo este resquebrajado, sacando su voz aflautada por los chocolates y galletas robadas a las congeladas bocas que proclamaban ideas de ser tan únicos como invencibles.

Es tan válido el simil de esos esbirros o brokers de la muerte y el dinero que cual serpiente arrojan manzanas jugosas, tintadas de patria, libertad, casas, vacaciones a las mentes que desligan sus días de trabajos banales y descreidos para una vez atrapados por los sueños, en los que edificar un mundo con sentido, encuentran su despertar atado a balas sin dirección, a ordenes conducentes a los avernos, a hipotecas que asaetean cada día aquellos sueños, a silencios provocados por la depedencia al dueño del sueño.

A lot of years ago, Stalingrad was a wonderful town, our life, also; maybe, we shouldn't think the others could to sail our Itaca's ship

1 comentario:

Joaquín dijo...

Sie haben ganz recht.

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y