Descubriremos
en el programa que nos nace al mago de intenso trabajos, que aúna las
efervescencias de actos y luces con las interminables horas de búsquedas en
caminos o cerrados o circulares o quebrados; con las repetidas caídas,
tropiezos, roturas previas al encuentro con una habilidad que hechiza en su
belleza por plasticidad y facilidad.
No sé si lo visto ayer, también me alimenta como enrevesada parábola
de la satisfacción por el encuentro con las realidades comprendidas tras
búsquedas y caídas que también se hacen necesarias ante la tristeza de ver,
sólo, las habilidades de comprensión mermadas por el seguimiento ciego a quien
en el desierto enmarca, palabras símbolo, sin sudores, sin miradas encontradas
o enfrentadas para el diálogo, sin atisbo de empatía para realidad del otro,
sin clamar a los de arriba, para dejar de alimentar el odio a quien está parejo
en mis necesidades
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